Todo al gallego en la merluza negra argentina
Las tres compañías con cuota para este cotizadísimo recurso en aguas de Argentina están dirigidas por empresarios gallegos. Nueva Pescanova, con tres buques autorizados, renovará el más antiguo con una inversión de dos millones de euros.

Ejemplar de merluza negra, junto a un buceador profesional / www.merluzanegraargentina.org

La merluza negra (Dissostichus eleginoides) es una especie rodeada de cierta mística, en buena medida por su aspecto casi prehistórico. Cada ejemplar puede superar los dos metros de largo y 100 kilogramos de peso, habita en aguas gélidas y se esconde a hasta 2.500 metros de profundidad. Es inmensamente codiciado, en particular por el mercado norteamericano, lo que ha aflorado en torno a él una perseverante red de pesqueros ilegales. Algunos de ellos bien conocidos en Galicia: el Antony (ex Oji Maru No. 33 o ex Urgora), que se pudrió en Bouzas antes de ir a desguace en Bilbao; el Challenge (ex Mila, ex Isla Montaña Clara), vinculado a Vidal Armadores; o el Northern Warrior (ex Millenium), otro apátrida que acabó mimetizándose, revestido de óxido, con el paisaje portuario vigués.
En lo que respecta a esta pesquería en aguas jurisdiccionales argentinas, son seis los buques autorizados por el Consejo Federal Pesquero (CFP) para su extracción. Pertenecen a tres compañías cosidas a la industria gallega: Argenova, Empresa Pesquera de la Patagonia y Antártida (Pesantar) y Estremar. La primera, presidida ahora por Francisco Vilas Barreiro, es la filial del grupo Nueva Pescanova en el país; la segunda está participada por la número uno del sector en España, la también viguesa Grupo Profand; y la tercera es Estremar, con base fiscal en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y que nombró hace un año a Marcos Osuna Andrade como consejero delegado, en reemplazo de Alan Mackern. Osuna trabajó durante un cuarto de siglo para la propia Pescanova, en la que fue gerente general de Pesca Chile, director del centro industrial de Nueva Pescanova en Arteixo (antigua Bajamar Séptima) o máximo responsable de la mencionada Argenova.
Los permisos
Pesantar faena merluza negra con un único pesquero, el Echizen Maru, de 89 metros de eslora y construido en 1984 por el astillero japonés Nikai. Será reemplazado por un buque de nueva construcción de 2.726 toneladas de arqueo bruto (gross tonnage, GT) y 85 metros de eslora, contratado con Nodosa Shipyard en Marín; costará unos 40 millones de euros. Argenova tiene tres permisos en vigor, recién renovados hasta 2039: pertenecen a los barcos Argenova XIV, Argenova XXI y Argenova XXII. El primero de ellos, palangrero entregado en 1972 bajo el nombre Seisho Maru no. 17, será sometido a trabajos de renovación por importe aproximado de 2 millones de euros, han confirmado a FARO fuentes de la multinacional.

El buque "Centurión del Atlántico" de la compañia Estremar. / FdV
La tercera empresa en discordia es la que comanda ahora el gallego Marcos Osuna, y que para la pesquería de merluza negra dispone de cupos para los barcos Centurión del Atlántico y Valeria del Atlántico (ex San Arawa II, fue rebautizado esta pasada primavera). El Centurión fue sometido a un profundo reacondicionamiento en las instalaciones de Westcon, en Noruega, bajo la dirección técnica de Norwegian Ship Design. Es, con diferencia, el pesquero de mayor envergadura del país: tiene más de 118 metros de eslora y 3.250 GT. Su reforma completa, que incluyó cambio de motor principal o instalación de un sistema de extracción de aceite de pescado, ha sido valorada por Estremar en unos 40 millones de dólares.
En una entrevista con este periódico durante la 26 edición de Conxemar, el subsecretario de Pesca de Argentina, Juan Antonio López Cazorla, emplazó a las armadoras a ejecutar nuevas inversiones teniendo en cuenta la asignación de cuotas por 15 años para especies como la merluza negra, merluza de cola o la merluza hubbsi (común). «Argentina valora y aprecia el esfuerzo y las inversiones que hacen las empresas españolas que han invertido en nuestro país, firmas como Argenova, Iberconsa y tantísimas más. Y ahora tienen la certeza de que para los próximos 15 años saben qué cuota tienen, por lo que pueden realizar inversiones teniendo esa seguridad», explicó.
Basta revisar las cifras oficiales de exportaciones para hacerse una idea de hasta qué punto la merluza negra es una especie codiciada. Las 961,4 toneladas vendidas al exterior desde Argentina hasta el 31 de agosto promediaron los 30.122 dólares, tras un incremento interanual superior al 20%. La tonelada de langostino entero congelado, por ejemplo, se quedó en los 6.707,6 dólares, muy afectado por el parón de la flota por el conflicto gremial; el precio de los calamares se quedó en los 3.281,7 dólares la tonelada.
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