La flota del langostino argentino, a una firma de pescar tras 100 días en tierra
El sector sella un acuerdo de salario a la baja con los maquinistas, que se suman a los capitanes, y aguarda que ceda la marinería
Su «ok» permitiría faenar a 60 barcos de capital gallego

Un barco de capital gallego dedicado a la pesca de langostino en Argentina, en una imagen de archivo. / Cedida
«No hay expectativa de armar los barcos, la flota está ahora quebrada en rentabilidad», advertía el sector pesquero desde Argentina, como divulgó FARO el pasado 28 de marzo. Han pasado ya cerca de 100 días y los buques congeladores que se dedican a la pesca de langostino siguen en tierra, sin haberse resuelto en todo este tiempo la crisis que afecta a la actividad, lastrada de lleno por la fuerte oferta de producto en una pesquería que no está cuotificada, la consecuente caída de su precio al ser incapaz de absorberlo la demanda actual y el importante aumento de los sueldos, «atados» al IPC de la nación, que se ha catapultado un 43,5% interanual según los datos del pasado mes de mayo. El paro ha puesto en jaque a la república de Javier Milei, incluidos 60 buques tangoneros de capital gallego que están amarrados con pérdidas millonarias, aguardando poder salir para aprovechar los apenas dos meses que quedan de campaña. El tira y afloja entre las empresas y los sindicatos —promotores de la huelga— pasa por un ajuste económico para garantizar la competitividad que incluye sí o sí una rebaja salarial. Un conflicto que está más cerca que nunca de concluir.
Al menos sobre el papel, como así lo acaba de suscribir la central que representa a los maquinistas (Siconara), que se une al ok que ya dio la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca (Aacpypp). Se trata de un «entendimiento de carácter excepcional y aplicable solo a la presente temporada», resaltó la agrupación a través de un comunicado. «Ningún acuerdo es ideal en un contexto como el actual, pero sí creemos que haber logrado este punto de equilibrio temporario nos permite resguardar lo esencial: el trabajo, el salario y la salud de nuestros compañeros», valoró asimismo.
Fuentes del sector consultadas por este periódico destacan por su parte el alcance positivo de los pactos conseguidos, «en los cuales se acepta una baja en los valores de referencia para el cálculo del sueldo por producción», y evidencian que «no hay antecedente de la firma de dos acuerdos consecutivos a la baja». «Se han sentado las bases para poder seguir negociando y se ha entendido cuál es la situación del gambón congelado a bordo», hacen hincapié en este sentido.
Ahora queda el visto bueno del Sindicato de Obreros Marítimos Unidos (SOMU), que continúa resistiéndose a aceptar el recorte propuesto por las cámaras empresariales. «Entendemos que la firma de estos dos acuerdos los presionará para ceder. Las tripulaciones están presionando mucho a los delegados sindicales para que les presenten una propuesta», apuntan las mismas voces sobre esta negativa, optimistas en cuanto a la resolución del conflicto: «La marinería quiere salir a pescar».
Y así lo necesita también la flota de capital gallego, compuesta por más de medio centenar de embarcaciones vinculadas a Conarpesa, participada por Wofco, pero también a Iberconsa, Nueva Pescanova, Profand o Vieirasa. Con raíces en Vigo y su ría. El caos del parón llegó a contagiarse al fresco —que ya está realizando la prospección, aunque sin todavía una fecha confirmada de apertura— y arriesga más de 450 millones de euros que recalan en Galicia.

La tripulación del «Falcon» embarcando antes de partir rumbo a Malvinas. / Pablo Hernández Gamarra
Los últimos de Malvinas se despiden de Vigo
Los arrastreros Venturer y Falcon pertenecen a la compañía malvina Petrel Fishing, participada por Pescapuerta y Fortuna —su socio en las Falklands—. Ambos recibieron ayer a sus tripulantes para zarpar hacia el archipiélago británico a por calamar, incorporándose así a los otros 14 barcos ligados a armadoras de Vigo y Marín que pescan allí esta especie, que este último año se ha visto penalizada por el estado de su biomasa. Y es que cabe recordar que la pesquería del Loligo adelantó su cierre esta primera temporada al 27 de abril, con un 10% de días menos y una caída del 21% en las capturas —37.300 toneladas—. A ello se suma que no hubo segunda zafra en 2024.
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