Los científicos del ICES recomiendan a la UE un recorte en las cuotas de merluza y rape para 2026

Aconsejan bajadas tanto en Gran Sol como en aguas ibéricas

El gallo, única buena noticia con casi 5.000 toneladas en el Cantábrico Noroeste, un 12,1% más

Un pesquero español alejándose tras una inspección.

Un pesquero español alejándose tras una inspección. / EFCA

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Vigo

El próximo diciembre los ministros vinculados a la pesca en la Unión Europea se reunirán, como es habitual, para decidir las cuotas pesqueras del próximo año. Aunque el Brexit ha hecho de esta cita una reunión más descafeinada al ser acordados antes los cupos que afectan a Reino Unido, sigue siendo de referencia para el sector. Allí se decidirá su futuro, si pueden pescar más o menos. Para ello, la Comisión Europea y los países dispondrán de la información científica recabada y publicada por el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES), los encargados de recomendar qué hacer en función de cada especie. La semana pasada fue el turno para el advice (consejo) sobre el jurel y la anchoa en las aguas al sur de Fisterra y hasta el Golfo de Cádiz. Ayer, para las principales capturas de Gran Sol y del caladero Cantábrico Noroeste: merluza, rape y gallo (o rapante). Y las noticias no son buenas para la flota: los expertos recomiendan a la UE reducir los cupos de merluza y rape, las especies que más valor generan en las lonjas gallegas.

Aunque la pesca gallega atraviesa momentos de dificultades en la histórica zona de pesca europea por los vetos a la pesca de fondo, Gran Sol sigue siendo una referencia. Allí acuden arrastreros y palangreros de fondo (pincheiros) para realizar sus capturas y la merluza es una de las estrellas, pero en declive. Según el ICES, para el próximo año el límite debe estar en las 54.912 toneladas, que de adoptarse supondría un 5,7% menos frente al total admisible de capturas (TAC) disponible este curso. Y lo mismo sucede con el rape: un tope de 58.480 toneladas de las dos especies combinadas (rape blanco y negro), lo que supone una caída más leve, del 3%.

Aguas ibéricas

En lo que respecta a aguas ibéricas, es decir, las zonas VIIIc y IXa (van desde el País Vasco hasta el Golfo de Cádiz), las propuestas del ICES para merluza y rape también son a la baja. En el primer caso, 14.907 toneladas (de un intervalo de 10.526 y 20.125 toneladas), un 14,5% menos frente a este año. En el segundo, 5.340 toneladas, un descenso del 1,7%.

Caso aparte es el del rapante en aguas ibéricas. Sumando las dos especies (gallo y gallo de cuatro manchas), el ICES recomienda un límite de casi 5.000 toneladas (4.986, concretamente), es decir, un incremento del 12,1%. Para Gran Sol, en cambio, los científicos todavía no han publicado el documento. Tan solo para el gallo de cuatro manchas (Lepidorhombus boscii), con una cantidad de 694 toneladas para tres años (2026, 2027 y 2028).

El resto de especies para las que se han comunicado las recomendaciones científicas carecen de un alto valor comercial para la flota. Destaca la lubina, para la que el ICES aconseja 306 toneladas para los próximos tres años en aguas ibéricas. En cambio, para la bacaladilla (o lirio) estiman un máximo de 990 toneladas en 2026 y 2027 para esas mismas aguas, aunque es Francia el país que más captura esta especie.

Una de las cigalas localizadas por el IEO. |  IEO

Una de las cigalas localizadas por el IEO. | IEO

El IEO investiga la cigala en Galicia a través de imágenes submarinas

Durante doce días, personal científico del Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) de Vigo, A Coruña, Cádiz y Gijón desarrollará una campaña para estudiar la abundancia de la cigala en Galicia mediante imágenes submarinas. Los investigadores buscarán datos sobre las especies y variables ambientales del hábitat.

La campaña ISUNEP25 emplea un trineo equipado con cámaras submarinas y sensores que registrarán imágenes del fondo marino para determinar la población y distribución de cigala (Nephrops norvegicus) entre Fisterra y Cedeira (unos 5.800 metros cuadrados). Esta metodología, de bajo impacto en los fondos marinos, permite identificar y cuantificar las madrigueras activas de cigala.

Además, se realizarán muestreos mediante un patín epibentónico, un equipo especializado que se desliza por el lecho marino y recolecta muestras que permiten obtener información sobre la reproducción, alimentación y endogamia de la cigala, analizar las comunidades del fondo marino y cuantificar residuos. Un equipo de expertos en bentos, los organismos que viven en el fondo marino, analizará el sedimento del área mediante muestreos con dragas.

En paralelo, el equipo de geología realizará en la campaña un análisis integral de alta resolución del fondo marino para caracterizar los fondos donde se encuentra la especie.

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