«Hospital a bordo» de NAFO a Malvinas

Una iniciativa viguesa implanta en flota de gran altura un servicio médico a distancia para atender emergencias como si el tripulante estuviera en el hospital, con conexión de vídeo con médicos de todas las especialidades. USAIL, Sivsa y Vithas Vigo trabajan ya con una veintena de pesqueros

Una iniciativa viguesa implanta en flota de gran altura un servicio médico a distancia para atender emergencias

Marta G. Brea

Lara Graña

Lara Graña

Vigo

Median más de 700 millas en línea recta entre Port Stanley, en las Malvinas, y las Georgias del Sur. Son más de 1.300 kilómetros; como el trayecto por carretera entre Vigo y Nantes. Pero en alta mar, sin nada más en el horizonte que el desconchón de algún iceberg y las condiciones de un caladero irreductible. No hay hospitales ni farmacias; si acaso, a lo lejos, la derrota de otro barco solitario. Y ahí, en la nada —en la nada de Malvinas, la nada del Pacífico o del Índico—, un marinero enferma. Puede ser un ictus, una apendicitis, un tromboembolismo pulmonar o un cólico nefrítico. O un simple problema muscular que hace sospechar de un infarto. Lo que sea.

Un hospital portátil revolucionario

«La teleasistencia médica convencional existe desde hace mucho tiempo, pero este concepto es diferente. Se trata de llevar un hospital a bordo», explica el gerente de Vithas Vigo, Ciro Cabezas. El grupo hospitalario se ha unido con las tecnológicas también viguesas USAIL y Sivsa para proporcionar un equipamiento de alta tecnología a los barcos que permite que un doctor remoto realice, con ayuda del capitán o un oficial, cualquier prueba que permita un diagnóstico certero con un tratamiento que reduzca en todo lo posible el riesgo vital. Y tomar la decisión, cuando sea necesario, de evacuar al paciente.

Óscar Ogando, Manuel Alonso y Ciro Cabezas. |  Marta G. Brea

Pablo Ogando, Manuel Alonso y Ciro Cabezas. / Marta G. Brea

Demostración a bordo: tecnología que salva vidas

Lo probamos a bordo, en las instalaciones de Astilleros San Enrique. Pablo Ogando, primer oficial del arrastrero congelador Igueldo —de la joint venture de la gallega Marfrío y la malvinense Beauchene Fishing—, toma un maletín rugerizado: uno de los marineros presenta dolor torácico de cuatro horas de evolución. Y en ese maletín hay un hospital. No en sentido estricto, claro, pero casi. Desarrollado por las compañías USAIL Maritime Communications con hardware de Sivsa, en su interior se guarda un equipamiento que conecta a través de vídeo al barco con el personal médico de Vithas, de cualquier especialidad, y que permite la realización de múltiples pruebas diagnósticas, desde un electro, cámaras de exploración, ecógrafo, iriscopio o un pequeño laboratorio en seco.

Diagnóstico en tiempo real con especialistas

Al otro lado de la pantalla aparece la jefa de Urgencias del hospital, Idoya Sanluis. Ya sabe de qué marinero se trata —el primer oficial lo selecciona entre la lista de tripulantes— y tiene acceso a su historial médico. La doctora hace unas primeras preguntas al marinero —sudoración, fiebre, tipo de dolor...— y empieza a dar instrucciones a Óscar. Al paciente se le toma la tensión, frecuencia cardíaca, la saturación de oxígeno; también se le hace un electrocardiograma —es la médico la que guía la colocación de los electrodos a través de la imagen satelital— o una ecografía para ver si hay líquido alrededor del pericardio. Todas las pruebas las analiza en el hospital a tiempo real. Si la patología lo requiere, en vez de Sanluis entrarían en acción otros especialistas.

«La tripulación va más segura. Te está viendo un médico»

Pablo Ogando

— 1er oficial «Igueldo»

Resultado: tranquilidad y tratamiento preciso

¿Diagnóstico? «Es un dolor muscular, vamos a dar tratamiento analgésico y mañana volvemos a verlo»«Para nosotros es algo muy importante, nos da confianza y la tripulación va más segura», explica Ogando. «No es que yo hable por teléfono con un médico, es que te está viendo directamente». Este dispositivo, homologado por el Instituto Nacional de la Marina (ISM), se ha implantado ya en una veintena de buques pesqueros, todos de gran altura. Ha permitido realizar más de 400 asistencias e intervenido en ocho evacuaciones. Entre ellas, la de un paciente afectado por un infarto agudo de miocardio en el Índico, a bordo de un atunero, u otro por una extraña dolencia neurológica que le producía confusión, desorientación e incluso afasia; ambos salvaron la vida.

Impacto y testimonios del sistema

«Estamos muy satisfechos con el servicio. Permite un diagnóstico más preciso, reduce los tiempos de recuperación», expone Catalina Lamas, responsable comercial de Vithas Vigo, desde donde se presta toda la atención vinculada al sistema de USAIL. «Ha embarcado gente muy joven que ha necesitado tratamiento psicológico o de psiquiatría por ataques de pánico», indica Cabezas. «Somos un complemento del ISM, un servicio médico de apoyo a la tripulación». Son veinte las personas que componen el equipo de USAIL, que dirige el CEO Manuel Alonso. «Toda la parte de hardware es de Sivsa, que tiene 30 años de experiencia con sistemas de gestión completa de hospitales. Y usamos un servicio híbrido [de comunicación, con antenas VSAT y los satélites Starlink para garantizar el 100% de conexión en todo momento».

Ya sea en la nada de Malvinas, como en la que trabaja el Igueldo. O en cualquier nada donde se necesite un médico.

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