Namibia prevé más subastas abiertas de cuotas y causa recelos en el sector
El ejecutivo local defiende este sistema para obtener más dinero por los permisos
Las empresas lamentan la falta de seguridad jurídica: «Existe cada vez más incertidumbre»

Descarga de pescado en el puerto namibio de Walvis Bay. / Namport

Las inversiones en activos como buques o factorías de elaborados necesitan tiempo de maduración, para garantizar un retorno. Por eso la perspectiva de una asignación de cuotas revisable cada año en Argentina —es, a efectos prácticos, lo que hace Europa— provocó un rechazo masivo en el sector y puso en stand by la firma de nuevos proyectos: es inviable programar un desembolso de ese calado sin tener la garantía de poder pescar.
En Malvinas, por ejemplo, la asignación de los permisos durante 25 años allanó la mayor renovación de flota en el caladero de las últimas cuatro décadas. Este tipo de certidumbre es la que cada vez se ausenta más de la política pesquera de Namibia, uno de los mercados clave para la pesca de capital gallego. La determinación del ejecutivo local por incrementar las pujas libres por las cuotas está causando fuertes recelos en la industria.
«Las subastas matan los proyectos de innovación que agregan valor porque, una vez que se gana una subasta, el gobierno está limitado en cuanto a las otras condiciones que puede imponer a dichos operadores», ha reprobado el presidente de la asociación de armadoras CNFA (siglas de Confederation of Namibia Fishing Associations), Matti Amukwa. Fuentes de la industria en Galicia ratifican esta inquietud.
«Hay una incertidumbre cada vez mayor con la cantidad de cuota que se quedapara subasta y objetivos gubernamentales, el gobierno esta pasando a ser el mayor quota holder de todos». El hecho de que retenga cada vez más cuotas y las saque a subasta elimina el factor de reparto basado en inversiones realizadas, empleo generado y valor añadido en tierra, tanto desde el ámbito social como económico. «Quieres empoderarnos, pero invitas a extranjeros porque son los únicos que pueden permitirse las subastas de cuotas del gobierno. Eres un regulador y a la vez un empresario. ¿Cómo podemos competir contra nuestro propio poder?», condenó el armador local Vetaruhe Kandorozu al periódico The Namibian.
Sturzenegger
Uno de los políticos que con más vehemencia defiende la subasta global de permisos de pesca es Iipumbu Shiimi, extitular de la cartera de Finanzas. Lo ha vuelto a hacer estos días, de hecho, a través de un artículo de opinión publicado en el mismo medio. Asegura que la puja ha permitido al país el ingreso de 944 millones de dólares namibios (45,85 millones de euros, al tipo actual de cambio) en los últimos cuatro años.
La puesta en marcha de mecanismos de puja tuvo como baluarte, además de a Shiimi o al exministro de Pesca Bernhard Esau, a un defensor a ultranza del ultraliberalismo: Federico Sturzenegger. El hoy ministro de Desregulación de Javier Milei en Argentina fue asesor de Shiimi en 2021 en esta macrolicitación.
La presencia de capital gallego en la pesca namibia acumula una larguísima trayectoria y se mantiene en cotas muy altas: Nueva Pescanova, Grupo Iberconsa, Pereira, Pesquera Vaqueiro o Mascato son algunas de las corporaciones con mayor actividad en el país de mano de las sociedades mixtas. Operan con buques fresqueros o congeladores con Walvis Bay y Lüdertiz como puertos base.
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