El pez espada «low cost» foráneo echa el cerco al palangre gallego

El rally de costes operativos que han sufrido los palangreros gallegos desde la escalada inflacionaria que disparó la invasión de Ucrania no se ha visto atenuado por la necesaria subida del precio de una de sus principales especies objetivo, el pez espada, que contra todo pronóstico ha visto cómo se reducía su valor en el mercado en plena caída generalizada del consumo de pescado en España. Es una situación insostenible para la flota y así lo ha venido denunciando estos últimos años, acompañados de un arduo esfuerzo por promocionar su producto, pero si el panorama se ha enrevesado tanto en parte también es así porque la materia prima contra la que compiten, la que procede del exterior y Galicia importa, lo está haciendo tirando muy a la baja, lo que ha empujado al sector a entrar en una guerra de rebajas para tratar de competir.

El problema es que esto está asfixiando la rentabilidad de los barcos, que deberían vender el kilo a seis euros para cubrir gastos y lo están haciendo a menos de cinco. ¿Cómo es posible? Muy fácil. No llega quien compre al ritmo que se captura, lo que hace que se estoque cada vez más, y a la vez los rivales venden más barato cada ejercicio. A la comunidad llegaron 6.600 toneladas de espadarte extranjero en 2024 y cada kilo rondó los 4,5 euros, la cifra más baja desde 2013.

«La situación es delicada», dice Juan Martín Fragueiro, gerente de Opromar, que pese a todo espera que el mercado remonte. «Vamos a ver si mejora este año. Estamos trabajando a través de la Interfish en campañas que impulsen el consumo», resalta.

800 días de asedio al palangre gallego

Los datos reflejan una coyuntura especialmente compleja. Más allá de que el pez espada gallego necesite elevar su precio medio un 33% solo para cubrir costes, en un contexto en el que todo —desde el gasoil hasta el hielo— ha subido, las importaciones están exprimiéndose con ofertas agresivas, con importantes caídas que no dejan opción.

Desde países como Portugal (3.563 toneladas) o Ecuador (1.799 toneladas), los que más espadarte exportan a la comunidad, hasta India o Kenia, los que más barato lo hacen, se está enviando pescado por debajo de los seis euros el kilo e incluso de los cuatro: 3,2 en el caso del territorio indio y 3,5 desde el país africano. En el caso del primero, la gerente de Orpagu, Juana Parada, advierte que se trata de pescado que no es congelado a bordo sino en tierra, de pesca artesanal, que «en cuanto a estándar de calidad no tiene nada que ver». «Está habiendo en algunos lineales que se vende como pez espada marinado. Es diferente. Estamos viendo legislativamente qué términos se pueden utilizar y cómo diferenciarnos. Tenemos que hilar fino en para que se distinga claramente cuándo es congelado a bordo y cuándo no lo es», agrega.

Un problema de márgenes

Resulta incomprensible que el precio del pez espada haya caído en un contexto en el que, solo en los últimos 10 años, el precio medio del pescado en Galicia ha aumentado más de un 50%, según se desprende del IPC autonómico. Pero hay truco... Y es que nada tiene que ver el precio al que venden los productores con el que se fija en la primera venta. Es decir, el que perciben los pescadores.

 «Necesitamos promoción, pero también que la gran distribución adecue sus márgenes. No puede ser que vendamos a cinco euros o menos y aparezca en los supermercados a 15 o 18 euros el kilo. ¿Donde está nuestra rentabilidad?», apunta Edelmiro Ulloa, gerente de Opnapa. Una de las soluciones a las que apunta el gremio pasa por habilitar canales de venta directa que permitan reducir sus intermediarios, algo que no descarta llevar a cabo.

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