El cerco gallego podrá pescar un 20% más de sardina en 2025

El Cantábrico Noroeste, caladero de la flota de Galicia, dispondrá de 10.100 toneladas

La cuota hispano-lusa crece un 16,4%, pese a que el ICES aconsejaba un recorte del 10%

El cerquero gallego «María Rita Segundo», a la izquierda, amarrado en O Berbés.

El cerquero gallego «María Rita Segundo», a la izquierda, amarrado en O Berbés. / MARTA G. BREA

La gestión de la sardina ibérica es compartida entre España y Portugal. Ambos países llevan a cabo un plan que establece el reparto y los requisitos de la pesquería, de acuerdo con las directrices de la Comisión Europea, con el propósito de garantizar la explotación sostenible del recurso. Tras un 2024 pasado por agua —solo hubo 44.450 toneladas de sardina para ambos países, un 21,5% menos frente a 2023—, las perspectivas para este 2025 se tornaban hasta ahora también desalentadoras, teniendo en cuenta que el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES) recomendó el pasado mes de diciembre un tijeretazo próximo al 10% para la especie, planteando rebajar su cuota hasta las 40.073 toneladas. No será así finalmente para alegría del sector: la Secretaría General de Pesca publicó ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE) la resolución que sienta las bases para la campaña de este año, en la que la pesca española —igual que la portuguesa— contará con un 16,4% más de cuota (51.738 toneladas a repartir; un 33,5% para España, un 66,5% para Portugal).

Contra todo pronóstico llega un aumento que sin duda será bien recibido por los pescadores gallegos, al suponer un nuevo halo de esperanza para la actividad. De las 17.332 toneladas de sardina que se asignan este año a la flota española, la mayor parte irán a parar al caladero del Cantábrico Noroeste (10.132 toneladas, casi un 22% más), y el grueso de esas capturas será consumido por cerqueros con base en la comunidad.

Manuel Suárez, gerente de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), evidencia las «buena noticia» que supone el incremento de la xouba, que se suma a la ya anunciada apertura de la pesca dirigida del jurel este ejercicio en contraposición al recorte que ha sufrido la caballa y la incertidumbre en torno a la anchoa: «Esperamos que el 2025 venga mucho mejor que el 2024, aunque es pronto para saberlo».

Criterios científicos

¿Pero por qué España y Portugal «desoyen» al ICES, que aconsejó una cuota de 40.073 toneladas frente a las 51.738 que finalmente han acordado ambos países? No es que obvien esta recomendación, formulada bajo el enfoque del rendimiento máximo sostenible (RMS), sino que toman como referencia sus propios criterios científicos. Se amparan en las reglas de explotación del último plan de gestión acordado, que contempla que «las capturas serán fijadas de acuerdo a un valor de mortalidad por pesca de 0,12» si la biomasa del stock está por encima de 446.331 toneladas. Al superar al comienzo de este año dicha cantidad y ser más que óptimo el estado de este recurso, las autoridades han acordado elevar las posibilidades pesqueras de la sardina en lugar de reducirlas.

Así pues, ahora solo falta que se publique la fecha de inicio de la campaña de Sardina pilchardus en el Cantábrico Noroeste, teniendo en cuenta que, como sucedió la pasada, la apertura en la costa española se hará «gradualmente» y «de forma latitudinal» para que sea más temprana en el sur como «medida de protección de los reproductores». En el Golfo de Cádiz —que este año contará con 6.755 toneladas; las 445 restantes serán para las artes menores que utilicen el arte de xeito—, la pesca de esta especie ya es posible desde este sábado, tal como recoge una segunda resolución publicada también este viernes en el BOE.

Respecto al mecanismo de optimización habilitado por el Ministerio de Pesca, el cálculo del sobrante de sardina ibérica se realizará «dos meses antes de la finalización de la pesca dirigida con respecto al caladero que la haya iniciado en primer lugar». «Para 2025, se establece el 31 de agosto como fecha a la que se llevará a cabo el cálculo del sobrante de optimización», aclara la cartera que dirige Luis Planas, que explica «para determinar con exactitud la cantidad de sobrante» no se autorizarán transmisiones temporales que hayan tenido entrada en el registro electrónico a partir del 10 de agosto. El excedente de xouba, que será repartido entre aquellos buques que hayan agotado su cuota para evitar que frenar su actividad, no irá a parar en ningún caso a aquellos buques o grupos de buques que hayan transmitido temporalmente más del 50 % de su cuota, algo que comúnmente ocurre en la segunda mitad del año entre los buques gaditanos –excedentarios— y los gallegos, que se ven obligados a alquilar más cuota al haber pescado toda su asignación.

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