La pesca viguesa testará botes de rescate con propulsión en su flota

La OPPC-3 estrenará en 2025 su proyecto piloto de mejora de seguridad en el «Eirado do Costal», de Moradiña, con la idea de extenderlo al resto de sus buques asociados

El «Eirado do Costal», de la pesquera canguesa Moradiña, en una imagen de archivo antes de su alargamiento.

El «Eirado do Costal», de la pesquera canguesa Moradiña, en una imagen de archivo antes de su alargamiento. / Moradiña

La seguridad es fundamental para prevenir la alta siniestralidad que asedia al sector pesquero. En caso de naufragio, el peor de los supuestos, cuando ya no hay otra opción se sigue el mismo protocolo: lanzar al mar las balsas salvavidas y que salten al agua todos los tripulantes, con sus respectivos trajes térmicos, para acto seguido introducirse en ellas y esperar el milagro. Las embarcaciones de supervivencia son obligatorias en cualquier barco de pesca aunque su cantidad depende del tamaño y el número de marineros que alberga cada nave. Todas, eso sí, deben estar fabricadas para poder resistir durante 30 días la exposición a la intemperie con cualquier estado meteorológico y contar con un equipo de útiles vital para abordar la emergencia. Botiquín de primeros auxilios, lanzabengalas, un silbato para emitir señales acústicas, una linterna, raciones de 10.000 kilocalorías de comida para cada persona y 1,5 litros de agua dulce en recipientes, equipo de reparación de pinchazos… Las balsas salvavidas —flexibles, hinchables y sin propulsión— apenas ocupan espacio en la cubierta pero, como contras, pese a haber hecho muchas veces honor a su nombre, también han demostrado tener carencias al no ser estructuras completamente cerradas y estar bastante expuestas a las inclemencias del tiempo.

En aras de dotar a su flota de mejores condiciones, la Organización de Productores de Buques Congeladores de Merlúcidos, Cefalópodos y Especies Varias (la viguesa OPPC-3) testará en 2025 un bote de rescate que complemente a los sistemas actuales. La puesta en práctica de este bote, que ya ha sido seleccionado y adquirido a un suministrador especializado, llega tras un estudio de viabilidad que concluyó con buenos resultados y próximamente se instalará a bordo de uno de los barcos asociados a la entidad. Posteriormente, en 2026, se formará a la tripulación y se realizarán simulacros, difundiendo finalmente las conclusiones del proyecto piloto que, si resulta exitoso, podría extenderse al resto de la flota.

Por lo pronto, la prueba piloto se realizará en el Eirado do Costal de Moradiña, armadora canguesa que desde 1981 se dedica a la pesca y actualmente comercializa especies como el fletán negro, la platija, la merluza, la pota o el calamar. Acostumbrado a faenar en el caladero de NAFO, este arrastrero congelador construido en Armón Vigo en 2004 fue alargado el año pasado en Nodosa hasta los 72 metros de eslora —ganó 16, antes estaba en 56—y cuenta entre sus medios de evacuación con dos balsas salvavidas para 16 personas, otra para 12 y un bote de rescate. El proyecto plantea un bote adicional para 32 personas, totalmente cerrado y propulsado.

Los botes cerrados deben instalarse en buques mercantes y de crucero, pero no en pesqueros; los pesqueros de litoral, altura y gran altura llevan en su mayoría balsas salvavidas, ya que estos no son obligatorios salvo que la eslora supere los 75 metros. La estructura que testará la pesca viguesa busca «asegurar la supervivencia de los tripulantes ante casos como posibles accidentes graves o naufragios» adaptando los barcos sin comprometer sus operaciones ni estabilidad, el diseño de una estructura adecuada para el acople del bote, y la instalación de una rampa en cubierta, seguida de las pruebas operativas para asegurar su correcto funcionamiento. Se ha optado por la modalidad de pescantes, por lo que se colocará a un lateral del barco. A diferencia de las balsas salvavidas, la tripulación embarcará en el bote desde el propio buque y, una vez dentro, este será lanzado automáticamente al mar, sin poner en riesgo su integridad. El sistema de propulsión permitirá al bote alejarse del pesquero y, además, contará con sistemas de comunicación que facilitarán su localización.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents