Entrevista | Iván López Presidente de la Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras
«Bruselas legisla mal, a espaldas de los Estados miembros y lejos de la pesca»
«La sociedad tiene que decidir qué quiere comer, cuánto quiere comer y de dónde quiere que venga esa comida y cómo se produce»
Iván López van der Veen es hombre de mar desde que nació. Lo hizo en el Puerto de Vigo, de hecho, y ya de niño correteaba por los pasillos de ARVI cuando su padre, el exconselleiro López Veiga, ejercía como gerente de la Cooperativa de Armadores. Tras más de 25 años dedicados al sector, el pasado mes de noviembre fue elegido presidente de la Coalición Internacional de Asociaciones Pesqueras (ICFA, por sus siglas en inglés), organización centrada en la defensa de la pesca a nivel mundial. «La sociedad tiene que decidir qué quiere comer, cuánto quiere comer y de dónde quiere que venga esa comida y cómo se produce», evidencia tras tomar las riendas del cargo a lo largo de su entrevista con FARO. Reconoce que «en Bruselas se legisla mal y a espaldas del sector. También a espaldas de los Estados miembros muchas veces y a mucha distancia de donde se implementan las normas», teniendo en cuenta el sablazo al arrastre del Mediterráneo del último Consejo de Ministros de la UE y con el recurso del palangre al veto en las 87 áreas del Atlántico pendiente de sentencia. Confía, eso sí, en que la deriva del Ejecutivo comunitario ceda con la nueva Comisaría de Pesca y Océanos, desligada de Medio Ambiente en el segundo mandato de Ursula von der Leyen y en manos del chipriota Costas Kadis.
-¿Cómo valora la negociación de las cuotas pesqueras que tendrá Europa el próximo año?
-No se habló casi del Atlántico, pese a haber un golpe muy fuerte en Gran Sol [la merluza, clave para Galicia, caerá un 20% frente al 28% propuesto por los científicos]. También hubo buenas noticias [el aumento de las posibilidades pesqueras del gallo y el rape en aguas ibéricas o el auge del jurel en el Cantábrico Noroeste, que recupera la pesca dirigida], pero el foco lo acaparó el Mediterráneo [el acuerdo contempla una reducción del 79% de los días de pesca para el arrastre, hasta 27, salvo que los buques adopten seis medidas técnicas que el Gobierno ha adelantado que financiará con fondos públicos]. Si bien el propósito es tener una buena conservación, un buen estado de los stocks, hay una serie de cosas que se han ido tornando mal. Como siempre, se pone la política, se ponen los objetivos, pero no se decide el cómo.
-¿En eso falla la Comisión?
-En no adaptarse, sí, y es una dejadez. Lo que ha pasado en el Mediterráneo es la prueba fehaciente de lo que llevamos denunciando mucho tiempo: en Bruselas se legisla mal, a espaldas del sector. También a espaldas de los Estados miembros muchas veces y a mucha distancia de donde se implementan las normas. Hay que escuchar a los puertos y dejarse de trucos sucios para utilizar los votos de países que no tienen nada que ver con lo que se está legislando e imponer decisiones contra el criterio de los países que sí están siendo afectados por esa legislación. España, Italia y Francia, en este caso.
-¿Hay un choque de intereses dentro de la propia UE en torno a la soberanía alimentaria y el impulso de nuevas potencias alimentarias en perjuicio de las tradicionales? Se me viene a la cabeza el ejemplo de Austria, donde la startup Revo Foods ha inaugurado la mayor planta de impresión de procesados 3D del mundo, que además intenta copiar a los productos del mar.
-Totalmente. El nuevo veganismo industrial es un rebranding de los alimentos ultraprocesados. Es un engañabobos, es volver a introducir en la sociedad algo que estábamos erradicando. Y sí, hay un choque de intereses. Yo no entiendo la decisión de prohibir el arrastre en Europa para luego aumentar la deforestación en Brasil y en Argentina con plantaciones de soja y hacer filetes de pescado falso.
-¿Está en riesgo nuestro autoabastecimiento? Casi la mitad del gasto en productos del mar de los Veintisiete, más de 60.000 millones en 2023, fue a parar a las flotas de terceros países.
-Hay una cosa que voy a machacar siempre: hay que pasar de regular al productor a regular el producto. Algunos dirán «no, es que es el liberalismo». Sí, pero es un liberalismo que nos aboca a la ruina y nos hace completamente dependientes del exterior. Seguridad alimentaria no es producir el 100% del pescado en Europa, es imposible. Lo que queremos es que todo el producto que entre cumpla las normativas y competir de tú a tú fiscal, laboral y sanitariamente.
-¿Qué espera de la evaluación de la Política Pesquera Común?
-Pues todo esto que hemos hablado. Hay una pregunta que hay que responder, que no está contestada. La sociedad debe decidir qué quiere comer, cuánto quiere comer y de dónde quiere que venga esa comida y cómo se produce.
-¿Y es posible hacerle esas preguntas que plantea al nuevo comisario Costas Kadis?
Sí, yo creo que sí. Y ojo, está mejor estructurada esta Comisión para eso. Vamos a ver si se aprovecha.
-La Cooperativa de Armadores del Puerto de Vigo acaba de celebrar su 60 aniversario, ¿cómo valora estas seis décadas?
-Han sido 60 años muy fructíferos, pero no podemos dormirnos en los laureles. La pesca de Vigo se ha caracterizado siempre por su adaptación a los nuevos desafíos y ARVI tiene que irse replanteando qué quiere ser de mayor. Tiene que empujar más por su integración en Cepesca, Europêche... Porque al final las peleas son globales.
-¿Son necesarias realmente las ayudas al desguace de barcos?
-Si seguimos así hará falta un plan de reestructuración de la flota. Con cabeza, hablando con el sector y permitiendo que del mismo salgan empresas más fuertes, más resistentes y más ambiciosas.
-Falta la sentencia de los recursos presentados contra el veto a la pesca de fondo en las 87 áreas del Atlántico... ¿Qué espera? ¿Se ha demonizado a la pesca?
-Si hay una mala percepción de la pesca por parte de la sociedad obviamente es por campañas externas, pero nosotros no hemos sabido defendernos de ellas. Muchas industrias han tenido campañas demonizadoras, pero muy pocas se han defendido tan mal como nosotros. El gran problema de las 87 áreas irónicamente ha sido para el palangre, y lo que no puede ser es que la interpretación de una palabra en inglés por parte de una funcionaria francesa sea lo que decida que el palangre tenga que desaparecer de todos esos sitios y se vuelva a la volanta, y eso es lo que ha pasado y ahora la Comisión lo defiende. No puede ser que la estulticia de una persona marque el devenir de una industria en un continente. Eso no es democrático, es cuasidictatorial y es un sinsentido. Espero que los jueces den la razón al Gobierno y a la valiente OPP de Burela, que ha sido la única en Europa que se ha atrevido a defenderse con un coste muy alto. Y espero que le resarzan esos costes.
-¿Cuál es su propósito de 2025 y qué le pide a los Reyes Magos?
-Para el 2025 tenemos que centrarnos en la revisión de la Política Pesquera Común. Con esfuerzo y cariño. ¿Qué le pido a los Reyes Magos? ONGs europeas con sentidiño e da terra que entiendan que somos parte interesada, la mayor, en la conservación de los mares.
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