Entrevista | Hugo C. González Gerente adjunto de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI)
«Ahora vale más la vida de un coral que la de un pescador»
Hugo C. González (Montevideo, 1958) lleva «toda la vida» en ARVI. Es una forma de hablar, claro, pero lo cierto es que este año se jubila y deja su cargo de gerente adjunto tras más de 40 años «defendiendo al sector pesquero».

Hugo C. González, gerente adjunto de ARVI que se jubila, en O Berbés / Alba Villar
Hugo Crisanto González García vivió ayer su último día como gerente adjunto de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI). Se jubila poniendo punto y final a sus servicios desde el edificio situado en O Berbés, la casa en la que lleva «toda la vida», como suele decir. Exagera un poco, claro, pero lo cierto es que son 41 años y medio formando parte de la mayor agrupación pesquera europea, desde la que ha estado ayudando a «defender al sector». Solo la mili —el servicio militar obligatorio— y una excedencia breve para dedicarse a «otras disciplinas» cortaron una extensa trayectoria que le reconoce como una de las figuras claves en la industria. «Lo que empezó para un contrato de 6 meses acabó en 38 años seguidos», recuerda. Ahora que está en fase de salida, quiere dejar «un mensaje primordial»: «Tenemos que defender a los sectores primarios» porque, lamenta, «ahora vale más la vida de un coral que la de un pescador».
González nació en Montevideo, ya que como recuerda es hijo de la emigración, «algo que muchos no saben». Su abuelo se buscó la vida en Brasil y más tarde lo acompañó su padre, que dio el salto a Uruguay. «Mi madre era nieta de un canario, también producto de la emigración de comienzos del siglo pasado», señala.
Su familia acabó regresando y desde los seis años creció en Chapela, donde se aficionó al balonmano y se convirtió en un «chapeleiro de pro». Su abuelo se hizo con dos bateas y entre eso y el haber crecido en una zona fuertemente influenciada por la creciente Pescanova y la cultura marinera, se completó su vinculación al mar. «Se vivía de una u otra forma», señala.
En ARVI entró con 16 años como aprendiz de auxiliar administrativo, en lo que cita como «los primeros caminares, cuando se iba formando la casa». La mili cortó esa experiencia, pero en la Marina vieron que tenía «cierta facilidad en el campo administrativo» y no le dejaron embarcar. Lo mandaron a Vigo, a la ETEA, a hacer el curso para ser teletipista, utilizando el télex, un servicio similar a una red telefónica para mensajes de texto que se extendió por Europa a partir de 1945.
En su ausencia, la Cooperativa siguió creciendo en tamaño y servicios y pronto hizo falta gente. En 1986 regresó y se incorporó al departamento de planes de pesca y estadística, desde el que fue catapultado al puesto de secretario técnico. «Fui encajando, aprendiendo, a trancas y barrancas, y al final pude demostrar que tenía una cierta valía o que encajaba más o menos», explica.

Hugo C. González, gerente adjunto de ARVI que se jubila, en el que hasta ahora era su despacho / Alba Villar
Cuando se jubiló Reinaldo Iglesias, tristemente fallecido este año (el propio González dijo en ese momento que había sido «un pilar» para ARVI), tanto él como el entonces gerente José Ramón Fuertes «otearon el personal de la casa» y decidieron confiar en Hugo González para convertirse en gerente adjunto. Aquello fue en 2012 y así ha sido hasta hoy. De ellos, de Iglesias y Fuertes, son de los que más se acuerda estos días, como también de Jaime Conde, que fuera abogado, de los compañeros de otros departamentos —«es imposible llevar esto solo»— o del propio Edelmiro Ulloa, el gerente actual, con el que llegó a coincidir dirigiendo codo con codo la cooperativa tras la salida de José Antonio Suárez-Llanos hasta que el consejo rector decidió nombrar director único a Ulloa, en 2021. «Somos compañeros desde hace tanto tiempo que ya ni lo recuerdo», enfatiza.
Mensaje
González ya se despidió de sus colegas en ARVI y también de los armadores. Lo hizo en la última reunión del consejo, en el que agradeció la oportunidad que le dieron para poder defender el sector todos estos años. Allí aprovechó para lanzar un aviso: «Aquí la lucha está en muchos frentes, pero hay uno principal: ni el Gobierno ni la UE están considerando al sector pesquero extractivo como estratégico».
Con su jubilación quiere dejar algunos mensajes para que la pesca pueda seguir siendo un sector viable, ahora que atraviesa una crisis por los altos costes, el bajo consumo de pescado y el acoso normativo. «He llegado a la conclusión de que tenemos que defender los sectores primarios, porque hemos dejado que los productos que necesitamos vengan de fuera en un porcentaje muy elevado y resulta que estamos en manos de terceros», resume.
A su juicio, existen «campañas en marcha, con intereses espurios, en contra del sector pesquero», en relación a la presión de las organizaciones medioambientalistas. González quiere ser «optimista», al menos «desde el punto de vista nutricional, alimentario, porque uno de los mejores alimentos que nos ofrece la naturaleza son los productos pesqueros». No obstante, también es realista, ya que hay muchas empresas en situación complicada y que, entre otras cosas, precisan ayudas al desguace.
«Hay empresas a las que les va mal y si las dejamos caer detrás caen otras muchas, porque hay un montón de proveedores en la cadena mar-industria. Ayudemos a los que quieren continuar y seguir y también a aquellas que no pueden», apela. En este sentido, insiste en la figura que ARVI solicita con insistencia en los últimos meses: la creación de un segundo registro para la flota de gran altura que al menos alivie al sector rebajando cargas fiscales.
Ahora, tras este paso en su vida dedicado «servir a los demás», González avanza hacia otra etapa y su lugar lo ocupa Mercedes Rodríguez, en la cooperativa desde septiembre. «Tiene una experiencia de la que yo carezco», apunta el todavía gerente adjunto, ya que además de ser abogada «tiene la experiencia de haber trabajado en la administración». «Es un buen fichaje, hemos acertado de lleno», concluye para poner fin a su marea.
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