La crisis del pescado se agrava con otra caída del 5% en el consumo en Galicia
La demanda de mejillón se hunde el 36% ante la merma de producción y la reducción del tamaño
Las conservas crecen por encima del 7% gracias al tirón de ventas de salados

Una clienta comprando pescado en un puesto de un mercado en Vigo. / Alba Villar
Un error en el cálculo del coste mensual del servicio obligó a la Consellería do Mar a paralizar el pasado mes de septiembre el contrato para un novedoso plan de promoción de los productos del mar en camiones. La campaña para lo que quedaba de año y los próximos 2025 y 2026 superaba los 1,3 millones de euros, IVA incluido, pero una de las empresas interesadas detectó que el precio unitario de licitación recogía únicamente el valor del material publicitario y la renovación de las creatividades, dejando fuera la correspondiente retribución a los propietarios de los vehículos. «A los distintos ciclos que viene atravesando la economía en los últimos años y que se han visto reflejados de diversas maneras en el mercado pesquero entre todos los agentes de la cadena de comercialización —explicaba la administración autonómica en el pliego de condiciones—, debemos añadir el actual panorama que estamos atravesando a causa de la situación generada por la pandemia mundial y las repercusiones que está teniendo en el modelo de consumo y comercialización».
A la espera de que se reabra o no el proceso con otro precio, la administración autonómica defendía la necesidad de llevar adelante la campaña para «satisfacer las necesidades» de un consumidor «altamente exigente» y «prestar apoyo y salida a un sector que necesita más que nunca potenciar, difundir y promocionar» sus productos «con el fin de intensificar el conocimiento y consumo de un alimento sostenible y de proximidad». Por esa misma razón, también el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Pesca intensificó en los últimos meses sus acciones de promoción de la pesca y sus derivados. Como telón de fondo está la caída en picado de la demanda y las insistentes peticiones de prácticamente todos los eslabones de la cadena —desde la actividad extractiva a las pescaderías— de una rebaja del IVA para revitalizar el mercado. Que no da señales de mejora.
40.300 toneladas
El consumo de productos de la pesca en los hogares gallegos alcanzó las 40.300 toneladas entre enero y agosto de este año, un 2,4% menos que en el mismo periodo del ejercicio anterior, según el último balance publicado por el departamento capitaneado por Luis Planas. La caída en el caso de los pescados roza el 5%, hasta las 23.360 toneladas. En frescos mermó el 4,8% (20.213 toneladas) y un 3% en congelados (3.147).
Las familias gallegas adquirieron un 4,5% menos de merluza (4.187 toneladas); recortaron el 3,4% las compras de bacalao (2.273 toneladas); un 14,5% en el caso de la dorada (1.068 toneladas); un descenso del 1,5% en el rape (931 toneladas); del 32% en la caballa fresca (538 toneladas); y del 22,6% en atún y bonito (676 toneladas).
Entre las especies con más tirón que sí elevaron sus ventas destaca el pez espada, con el doble que un año atrás: 245 toneladas. El consumo de salmón creció cerca del 1% (2.335 toneladas); un 13% la lubina (1.142 toneladas); y el 9,8% el rodaballo (324 toneladas).
Mariscos y conservas
Mariscos, moluscos y crustáceos no se libraron de los números rojos. Su peso en la cesta de la compra de los hogares de la comunidad adelgazó alrededor del 4%: 9.625 toneladas. La caída se debe principalmente al hundimiento del mejillón. Los graves problemas de producción que afectan a las rías gallegas y la reducción del tamaño provocaron un desplome de compras del 36%, pasando de 2.536 toneladas en los ocho primeros meses de 2023 a 1.626 toneladas en 2024. El consumo de almejas mejoró el 0,5% (660 toneladas); un 19,6% el pulpo y los calamares (2.540 toneladas); y el 1,8% las gambas y los langostinos (2.157 toneladas).
La tercera pata del sector son las conservas. Superaron las 7.300 toneladas hasta agosto tras un incremento del 7,3%, a pesar de que el producto estrella, el atún, arroja un recorte del 4% (3.567 toneladas). Bajan igualmente las sardinas (530 toneladas, un 5% por debajo de 2023), pero se mantiene la demanda de mejillón en conserva (443 toneladas, prácticamente la misma cantidad que el año pasado) y se expande con fuerza el pescado salado: 1.100 toneladas, un 124% más.
Diez años de caídas
De continuar la tendencia el resto del año, será el décimo consecutivo a la baja en el consumo de productos pesqueros en Galicia, con el único paréntesis de 2020. El confinamiento inyectó oxígeno al sector, que confiaba en que los hábitos de cocinar en casa volviesen para quedarse. Cada gallego consumió de media 32 kilos de pescado en 2014. En 2023 fueron 23,7 kilos, lo que supone un descenso del 26%. La evolución del gasto ha sido mucho más irregular por el comportamiento de los precios. De hecho, en paralelo a la caída de la demanda en lo que va del actual 2024, el desembolso en Galicia aumentó el 2,1%, con 404,2 millones de euros.
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