Sin piedad en las garras del tiempo

La sucesión de temporales fuerza amarres y hunde las subastas en lonja, aunque barcos mantienen actividad bajo olas “kilométricas”

Proa del arrastrero 'Mar Mares', en medio de la tormenta

Cedida

Lara Graña

Lara Graña

Vigo

Sábado, 4 de noviembre. El visitante se llama Domingos, que llega sin tregua tras el paso de Ciarán. La boya marítima de Estaca de Bares, el punto más septentrional de España, anota una ola de 13,95 metros de altura significante (Significant Wave Height o HS, que equivale aproximadamente a la altura media del tercio de olas más altas). Fue un récord absoluto en los registros de Puertos del Estado. La flota de litoral y bajura estaba entonces principalmente amarrada, pero la actividad era intensa en aguas de Gran Sol. Por eso ayer se subastaron en Vigo las capturas de siete pesqueros, todas transportadas en camión desde Castletownbere (Irlanda) y Douarnenez (Francia). A bordo del Río da Bouza, Novo Morriña o Nuevo Confurco hubo faena. También en el Mar Mares, el palangrero Brisan o el pequeño (tiene 8,5 metros de eslora, con base en Bueu) Irmáns Vidal.

Proa del arrastrero “Mar 
Mares”, en medio de la 
tormenta.   | // CEDIDA

Tripulación del 'Irmáns Vidal', en Costa da Vela / Cedida

“No lo sabes hasta que no estás a bordo. Pero los barcos son buenos, no somos unos locos. Con peligro no habríamos salido”, confiesa el patrón de uno de los que sí trabajó en los últimos días, de vuelta a zona de pesca tras descargar en el refugio del puerto irlandés. “Si está así en tierra, imagina cómo puede ser en el mar”, comparte un antiguo marinero de O Morrazo, atizado por el viento. Vídeos y fotografías circulan por los grupos de marineros, actualizados a petición de FARO para ilustrar cómo es el trabajo en alta mar. Con proas enterradas en olas kilométricas y algún comentario que roza –para los profanos– la sensación de sarcasmo: “Pues esto no es nada. Ya nos está dando tregua”. Sin faenar no se factura.

Costado de estribor del
 palangrero “Brisan”.   | // CEDIDA

Costado de estribor del palangrero “Brisan”. / Cedida

Y poco se ha facturado en los últimos días. A lo largo de la pasada semana las lonjas gallegas subastaron un 60% menos de capturas en comparación con los días precedentes, como ilustran los datos de la Consellería do Mar. A saber: la primera venta en los pósitos se quedó en las 825 toneladas y 3,12 millones de euros, muy lejos de las 1.965 toneladas de la semana anterior (16-23 de octubre), cuando la facturación rozó los 8,5 millones de euros. Sí aumentó el precio medio de los productos, que se pagaron a algo más de 11 euros el kilo. La flota, mirando al cielo y los pronósticos, ya aguarda la Navidad.

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