El cerco encara el mes clave de la sardina con más del doble de capturas que en 2022

La flota alcanza las 2.700 toneladas, cifra más alta a estas alturas en una década gracias al aumento del tope y el adelantamiento de la campaña | El precio medio cae un 34%

Una descarga de sardina en el puerto de Vigo en la pasada campaña.

Una descarga de sardina en el puerto de Vigo en la pasada campaña. / J.M.S.

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

La situación que vive el cerco gallego desde el inicio de año es poco habitual. Los barcos, en su mayoría, alargaron sus paradas de invierno en el sur de la comunidad para evitar lo que se vivía en el norte. La escasez de jurel hacía que aquellos que salían se tuviesen que volver con las cajas vacías o con unas escasas capturas, ya que el mar estaba casi colapsado de sardina, una especie que en los primeros meses del año no se podía capturar porque la campaña aún no se había abierto. Sin embargo, el éxito del plan de recuperación posibilitó un nuevo aumento del tope de capturas para este año y, de paso, un adelantamiento de la campaña en aguas gallegas. Gracias a ello, el cerco pudo empezar a faenar con cierta normalidad y encara ahora el mes clave para la especie, junio, con más del doble de capturas que hace un año y la cifra más alta de la última década a estas alturas.

En concreto, las lonjas de la comunidad gallega comercializaron un total de 2.715 toneladas de sardina, solo superadas en los últimos diez años por las 2.765 logradas en 2014, años antes de que se produjese el declive de la especie en aguas ibéricas que obligó a aplicar el plan de gestión para evitar el cierre de la pesquería durante 15 años –como recomendaban los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar, ICES– o la entrada de la especie el sistema de TAC (total admisible de captura) y cuotas de la Unión Europea.

Con el adelantamiento de la campaña, que comenzó el 20 de marzo, la flota pudo aprovechar la asignación española de las 56.600 toneladas que se reparte este año con Portugal. Así, de acuerdo a los datos de la Plataforma Tecnolóxica de Pesca las capturas de sardina aumentaron un 123% en comparación con los cinco primeros meses de 2022, dejando casi 2,5 millones de euros en ventas, un 46% más.

Aunque sigue sin estar en el momento óptimo para su consumo en las tradicionales fiestas de San Antonio y de San Juan que se celebrarán el próximo mes, desde el sector confían en una mejoría para sacarle el máximo partido, sobre todo en un momento en el que la sardina gallega vuelve a tener relevancia en el mercado exterior. Como publicó FARO, la comunidad exportó el año pasado 16.500 toneladas por casi 18 millones y volvió a vender en el exterior más de lo que compró.

Lo que también esperan desde este segmento de flota que tiene 150 embarcaciones es que el precio mejore, como es habitual. En especial después de lo que han visto hasta el momento. En lo que va de curso el kilo de sardina se vendió en lonja a menos de un euro, 91 céntimos, lo que supone un 34% menos que los 1,38 que marcaba hace un año. Aún así, es mejor que la se marcó hace justo una década, cuando la sardina se pagó hasta finales de mayo a 0,76 euros el kilo.

De las 56.600 toneladas en total, España cuenta con un 33,5% (reparto realizado en base a las capturas históricas), dejando para el caladero Cantábrico Noroeste 11.085 toneladas para el cerco (y aquellos que usen artes altamente selectivos como el racú y la piobardeira) y 487.332 kilos para las embarcaciones del xeito, con unas 400 censadas en Galicia.

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