Vigo atrae a la flota lusa del palangre

La lonja mantiene el liderazgo en pez espada y tintorera en fresco, con piezas de más de 8 euros el kilo de media que, en buena medida, tienen acento portugués

Tintorera en la lonja de Vigo, ayer.

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Ricardo Grobas

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Sonho de Infança, Novo Jaime Maria, Raiando el Sol… Son nombres cada vez más habituales en O Berbés. Palangreros portugueses, cuya presencia en Vigo ha ido creciendo con el paso de los años hasta convertirse en fijos en el muelle pesquero. Y no porque estén de paso. Sus capturas forman una parte importante de los miles de kilos que se venden cada día en la lonja y suyas son las descargas principales en fresco de especies como el pez espada o la tintorera, el tiburón más importante que captura la flota comunitaria. “También hay tema de cuotas, pero los barcos españoles suelen pescar más lejos y al final los que vienen aquí más habitualmente son portugueses”, explica Fernando Ibáñez, de la asociación de vendedores de la lonja olívica. A ello se suma que en su país las tasas son mucho más elevadas, de hasta el 13%, según informan fuentes del sector. “Pero al final es un tema de lonja, aquí se vende bien”, resume el presidente de la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu), Joaquín Cadilla.

Aunque la cantidad de pescado vendida ayer no era de las más elevadas de la semana, sobre todo en comparación con otras jornadas con más movimiento como el lunes, la lonja de Vigo comercializó unos 20.000 kilos de pez espada y 10.000 de tintorera, descargados de un buque luso, el Ze do Apache, y otro de bandera española, el Bonito Dos. Para esta madrugada está previsto que la escena se vuelva a repetir con otras dos embarcaciones del país vecino.

Si bien el grueso de las capturas del palangre llega a la ciudad vía contenedor y congeladas, el mercado para la venta en fresco tiene tirón. Especialmente entre los compradores de la ciudad olívica. Solo el año pasado, por la lonja viguesa pasaron 1.614 toneladas de las especies de referencia de esta flota pese a las dificultades que sufre. De hecho, en 2022 no se comercializó ni un solo marrajo, el otro tiburón que capturan los buques y cuya pesca está cada vez más limitada, en especial tras su inclusión en el Apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites).

Así, Vigo aglutinó el 93,3% de las descargas en fresco de la flota del palangre en 2022, una fuerza que está volviendo a demostrar en este inicio de curso. En concreto, el mes pasado se vendieron en la lonja olívica 110.200 kilos, de los que el pez espada representó casi el 70%. Y una buena cantidad corresponde a las descargas realizadas por barcos de bandera portuguesa.

¿Por qué los pesqueros portugueses eligen Vigo?

Aunque España es líder en la flota palangrera comunitaria, la siguiente en la lista es la del país vecino. De hecho, la propia Orpagu cuenta entre sus filas con aproximadamente una treintena de unidades que ondean el pabellón luso tras haber logrado la declaración de organización de productores de carácter transnacional. Salvo un par de unidades, la mayoría trabajan al fresco.

“Al final ellos están ocupando el espacio en fresco que dejamos los españoles, más centrados ahora en el congelado”, comenta Cadilla desde Perú. Los palangreros gallegos llegan incluso a faenar en el lejano Pacífico, además de hacerlo en todo el Atlántico (norte y sur) y hasta el Índico.

“Al final lo que importa es que vengan aquí y dejen riqueza”

Fernando Ibáñez

— Miembro de la asociación de vendedores de la lonja de Vigo

Desde la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) explican también que los armadores de estos barcos, además de encontrar aquí un mercado atractivo en cuanto a demanda, gozan de un mejor trato respecto a su país de origen en términos económicos. Aquí, entre la tasa de la pesca fresca que aplica la Autoridad Portuaria (2,2% del valor de las capturas que entran por vía marítima) y las demás acordadas con los vendedores no llegan ni al 6%, mientras que con la Docapesca Portos e Lotas portuguesa (firma estatal que se encarga de la prestación del servicio de primera venta en las lonjas del país) la cifra se llega a doblar. “La diferencia es abismal”, añade Fernando Ibáñez, que recuerda que “al final lo que importa es que vengan aquí y dejen riqueza”.

Y no es para menos. La tintorera tiene un precio medio habitual de 2 euros el kilo, pero las piezas de pez espada, que son la mayoría, cuadriplican esa cifra. Solo el mes pasado gozaron de un valor que superaba los 8 euros, casi un euro más que el promedio de 2022. A ambas especies se suman también atunes rojo o patudo, que también pescan estos barcos y que alcanzan los 10 euros.

GRAN SOL

Compartiendo las capturas de la flota palangrera, la lonja de Vigo es también una referencia en las capturas provenientes del histórico caladero de Gran Sol. Merluza, rape o gallo (rapante) son también habituales y ayer se vendió lo que traían las bodegas de dos arrastreros, el Patricia Marta y el Cantábrico Tres, que descargaron en la propia lonja, y las capturas de un tercero, el Argelés, que trajo su pescado por carretera, una práctica común entre los armadores que utilizan puertos como el de Castletownbere, en Irlanda.

Desde el establecimiento de las 87 vedas el pasado 9 de octubre, las capturas de la flota gransolera se resintieron en el conjunto de la comunidad. Aunque el arrastre salió mejor parado que el palangre de fondo de los vetos de Bruselas, ayer se observaba poco pescado en lonja. Sobre todo si se compara con días como los lunes, cuando normalmente descargan seis unidades, la mayoría por camión. Solo en enero, la venta de merluza, rape y gallo dejó 3,5 millones de euros en la rula olívica tras la venta de 663 toneladas.

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