La flota de Gran Sol sigue su vía crucis: peor enero en ventas desde el año 2007

El efecto del veto a la pesca de fondo deja las capturas de rape, gallo y merluza en 2.185 toneladas, casi un 25% menos que hace un año | La facturación se desploma un 10%

Merluza recién descargada en la lonja de Vigo.

Merluza recién descargada en la lonja de Vigo. / ALBA VILLAR

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Febrero apunta a ser otro mes crítico para el sector pesquero gallego y del resto de la Unión Europea. El día 23 la Comisión Europea presentará cuatro documentos relativos a la flota, siendo uno de ellos el Plan de Acción para la conservación de los recursos pesqueros y protección de los ecosistemas marinos. La medida impulsará la prohibición progresiva del arrastre en el 30% de las áreas marinas protegidas que se implantarán en aguas comunitarias de aquí al 2030. Un nuevo golpe a una flota que todavía no se ha podido recomponer del veto a la pesca de fondo –además del arrastre, también el palangre– en 87 caladeros repartidos entre España, Portugal, Francia e Irlanda. Desde que se establecieron el pasado 9 de octubre, las descargas de las especies principalmente afectadas –merluza, rape y rapante– cayeron, dejando un agujero en las cuentas de resultados de armadores y lonjas imposible de compensar con el precio. Se vio en la primera semana, se refrendó en el primer mes de aplicación y se ha vuelto a repetir en este arranque de año. La flota de Gran Sol ha vivido su peor enero en cuanto a las capturas en 17 años, al tiempo que las ventas en las lonjas que comercializan estas tres especies, las que más facturación dejan cada año, descendió al nivel más bajo de la última década.

pesca de fondo W

pesca de fondo W / Hugo Barreiro

El cerrojazo a la pesca de fondo impuesto desde por el equipo del comisario europeo de Pesca y Asuntos Marítimos, Virginijus Sinkevicius, dejó temblando al sector al ver que no se había tenido en cuenta ni analizado el impacto socioeconómico. Sector y administraciones pronto les hicieron saber las implicaciones de una decisión así, que supondría dar un vuelco a la actividad del palangre de fondo, obligado a cambiar de caladero, y forzando una mayor interacción con el arrastre, menos impactado, pero que también lo está sufriendo.

En los 22 días de octubre que se vivieron con la aplicación del acto de ejecución de la Comisión, las descargas de merluza, rape y gallo en las lonjas de Galicia se desplomaron un 22,3%, aunque resistieron las ventas gracias a los precios elevados. No sucedió lo mismo en noviembre, primer mes completo con la norma: se vendieron 2.091 toneladas, un 32,42% menos, por 11,7 millones, un 14,2% inferior al mismo mes del año anterior.

El impacto económico continuó en diciembre, el mes decisivo para que el sector mejore sus cuentas por la Navidad. Pese al esfuerzo en buscar capturas –se igualó prácticamente las cifras de un año antes con 2.731 toneladas–, las ventas se desplomaron un 22,3%, hasta los 14,1 millones de euros.

Más de lo mismo

A la espera de lo que deparará en los próximos meses la aplicación del Plan de Acción, la flota gransolera continúa con su vía crucis en este inicio de año. Aunque se perdieron días por mal tiempo, en especial en la segunda mitad del mes, los barcos faenaron y cumplieron en un mes bueno en ventas. Aunque los precios mantuvieron el tirón navideño, la caída de capturas hizo mella.

En concreto, y con las restricciones, los buques lograron traer de Gran Sol 2.168 toneladas, casi un cuarto menos que en el comienzo del año pasado, que se vendieron por un total de 11,7 millones de euros. Hay que remontarse a 2007 para ver unas capturas inferiores –entonces fueron 1.816– y a 2012 para una facturación más baja –9,01 millones–, aunque en aquella ocasión la merluza no llegó ni a los 3 euros el kilo de media, cuando habitualmente alcanza los 4.

“Los armadores dicen que van pescando menos”, explica el gerente adjunto de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), Hugo González, “aunque también hay que tener en cuenta el mal tiempo la baja de unidades”. En un año, la flota gransolera de Vigo perdió tres arrastreros: se vendieron el Río Mau y el Sanamedio y se hundió en verano el Piedras. “Al final son unas 30 descargas al año por barco cada uno que se pierden”, recuerda.

De acuerdo a los datos de la Plataforma Tecnolóxica de Pesca, desde que se aplicó la normativa y hasta el 31 de enero, la venta de merluza, rape y gallo en las principales lonjas gallegas que comercializan capturas de Gran Sol –Vigo, A Coruña, Celeiro y Burela– dejó 46 millones de euros, un descenso del 10%, mismo porcentaje en cuento a la cantidad al llegar 8.589 toneladas, 2.100 menos que en el mismo período del año anterior.

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Una de las consecuencias de la aplicación del veto a la pesca de fondo en 87 caladeros, incluidas grandes áreas en Gran Sol, fue el desplazamiento de flota. Los palangreros de fondo fueron los más afectados y tuvieron que pescar en otras zonas, lo que, además de suponer una interacción mayor con el arrastre –sus líneas con anzuelo son kilométricas y se pueden ver cercenadas por el paso de un arrastrero–, afecta de lleno a sus capturas.

Las especies que encuentran a menos profundidad que la que habitualmente pescaban no son iguales. Estos días, en Celeiro, uno de los puertos de referencia para los palangreros de fondo, la merluza se llegó a vender a menos de dos euros el kilo, cuando la media del pasado año fue de 4,2 euros. ¿El motivo? Lo que dicen es que se encuentran peces más pequeños que los que habitualmente se encontraban antes. “Y vale menos”, comenta un armador.

No en vano, los investigadores del departamento de Economía Aplicada de la Universidade de Santiago (USC) concluyeron en un informe publicado a finales del pasado año que la medida de Bruselas “hará desaparecer el palangre”. “La aplicación del reglamento convierte en inviable una de las flotas que mejor estaban funcionando”, resumieron entonces con datos de la OPP7 de Lugo, que reflejaban que en los primeros 50 días sus capturas cayeron un 30%.

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