Las mariscadoras de la ría de Vigo dicen basta: "No miramos la luz"

El colectivo de más de 140 personas pedirá a la Xunta parar la actividad y acceder a ayudas para recuperar el fondo de la ría | “Nos quedamos sin almeja”, lamentan

Mariscadoras de Redondela durante una jornada de trabajo en la zona de A Portela.

Mariscadoras de Redondela durante una jornada de trabajo en la zona de A Portela. / JOSÉ LORES

Adrián Amoedo

Adrián Amoedo

Las intensas lluvias de este inicio de año tuvieron una consecuencia nefasta para el marisqueo por la fuerte entrada de agua dulce. Al acudir a los bancos en los que habitualmente trabajan, las mariscadoras de la comunidad se encontraron con parte del recurso muerto, algo que es habitual cuando las condiciones meteorológicas así lo quieren. Sin embargo, en el fondo de la ría de Vigo las intensas lluvias supusieron un nuevo golpe en unos ya de por sí mermados arenales, y el sector ha dicho basta. Las más de 140 mariscadoras que están en activo en las cofradías de Redondela, Arcade y Vilaboa pedirán un paro biológico a la Xunta para paralizar o limitar la actividad y permitir la recuperación de los bancos. “Si sacamos lo poquito que quedó tras las riadas, nos quedamos sin almejas para desovar”, resume la presidenta de la agrupación de mariscadoras del pósito de Arcade, Rita Míguez.

Las responsables de las tres agrupaciones y los patrones mayores se reunieron ayer en la parroquia de Soutomaior con el presidente de la Federación Provincial de Confrarías de Pontevedra, José Manuel Rosas. La intención era la de exponer el problema que sufren las mariscadoras e iniciar las conversaciones para solicitar el paro.

Según Míguez, que representa a un colectivo de 47 mariscadoras en activo, el fondo de la ría arrastra una bajada por mortandad desde 2020. “No nos damos recuperado”, indica, “y no miramos la luz”. “Cuando vas a trabajar y sales con menos de la mitad del cupo quiere decir que no está bien. Y forzando además en la talla mínima, no se deja producto para que desove”, recalcó.

Tocada

De la misma opinión son la patrona mayor de Vilaboa, María del Carmen Cortegoso, o la presidenta de las mariscadoras de Redondela, Ana Belén Sotelino. “La almeja está bastante tocada”, señaló la última, “se ve que cada año va a menos y a menos”.

Para Sotelino, “lo que no puede ser es ir a trabajar para pagar solo el seguro”, una realidad que viven en estos momentos y que fomenta también otros problemas como la falta de relevo generacional. “¿Qué relevo vamos a tener si no hay un salario digno? Es la pescadilla que se muerde la cola”, lamentó.

El paro biológico, que al menos en Redondela no recuerdan haber solicitado nunca, es una forma de dejar descansar los bancos marisqueros y de que las trabajadoras no se queden con las manos vacías, pudiendo acceder a ayudas. A mayores, las agrupaciones y la propia federación estiman que es necesario un plan de recuperación y estudios sobre el sustrato. “El problema es que aunque se siembre no se fija en el suelo”, recalcó Sotelino.

El siguiente paso ahora será hablar con la Administración, es decir, con la Consellería do Mar, para solicitar si se puede un paro biológico. Sobre la duración, la mariscadora redondela cree que debería ser de “por lo menos tres meses”, aunque es algo que tendrá que valorarse más adelante, como explicó Rosas. “Tres agrupaciones transmitieron la preocupación sobre el estado en el que está la ría, con una baja de producción impresionante. Estamos barajando la posibilidad de que se amparen en un paro biológico. Explicaremos el caso y veremos si prospera”, indicó el presidente de la federación pontevedresa, que concretó que todavía están “en fase embrionaria”.

A mayores de las más de 140 mariscadoras en activo, a este paro biológico se podrían sumar también los que trabajan a flote, si bien por el momento la solicitud parte desde las mariscadoras a pie.

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