Intensa a ratos, bajo esa lluvia, común en el Puerto de Vigo, más de un barco aprovechó este jueves los últimos coletazos del descuento de 20 céntimos aplicado en surtidor al gasóleo que hace posible salir a faenar. Un remolcador naranja chillón partía con el buche lleno, a media mañana, y pocos minutos después comenzaban a llegar pequeños pesqueros, que también querían tanto combustible como pudieran almacenar. En el lugar, con dos estaciones de servicio, propiedad de Repsol y Cepsa, cuatro grandes naves descansaban amarradas junto a las mangueras que repartían carburante entre los depósitos vacíos. Si bien la imagen desprendía calma, lo cierto es que contrastaba frente a otras épocas del año, en las que no se han visto colas.
No era una instantánea de colapso, como tal, pero los gasolineros no paraban de trabajar. A preguntas a FARO, uno contestaba tímidamente que en Navidad siempre se atienden a más clientes y, en ese momento, se veía como el Nuevo Laredo, de bandera francesa, confirmaba lo dicho. Tras las maniobras pertinentes, el buque comenzaba a tragar carburante a mansalva. Unos 50.000 litros en dos horas, suficientes para partir hacia Gran Sol y seguir capturando rape, gallo o merluza.
Ángel López, su patrón, pisó tierra un rato y no dudó en comentar a este periódico que “está claro que sin ayudas es más complicado que un barco sea rentable”. A solo dos días de que acabe la bonificación de la que se estaban aprovechando antes de partir a la mar, y luego de pasar unos días en casa con sus familiares, su barco, según lo anunciado por el Gobierno, recibirá entre 1.100 euros y 300.000 euros –en función de lo que consuma– dentro de una línea directa dotada con 120 millones y dirigida a compensar los altos precios energéticos.
Quedando por ver cómo se desarrollará ese pago y si compensará o no más que la anterior medida, a la que tan poco le queda, hay una cosa que es evidente: “La mitad de las ventas del pescado se va en gasóleo”. Conforme remarca este experimentado profesional, por lo general su barco “hace entre 60.000 y 80.000 euros” de facturación en una marea normal, que dura aproximadamente 10 días, aunque ha habido en algunas que se han gastado 45.000 euros solo en combustible.
Desde la Cooperativa de Armadores de Pesca del Puerto de Vigo (ARVI), a pocos metros, el departamento responsable del servicio de repostaje hace hincapié en que se han anticipado a la posible supresión del descuento de 20 céntimos aplicado en surtidor, avisando a todos lo barcos de su flota para sortear los “colapsos” y evitar que se pudiesen quedar sin carburante. Pese a ello, evidencia que hay algunos rezagados que todavía no habían adelantado sus últimas compras.
“Algunos barcos que tenían pensado venir a puerto han intentado llegar antes para coincidir con las fechas navideñas y poder rellenar los tanques antes de que se termine la bonificación”, comentan las mencionadas fuentes, dejando claro que también ha habido embarcaciones más pequeñas “que por el temporal a lo mejor pensaban venir más tarde y al final han entrado antes”. “A todas las que hemos podido, hemos intentado meterlas antes del 31 de diciembre para que se beneficien de la rebaja”, aseguran.