Argentina traba la importación de repuestos y pone en riesgo la actividad de flota gallega

Muda el sistema de compras de materiales del exterior ante la falta de dólares | “Hay barcos que no están saliendo por falta de una pieza de 5.000 dólares”, clama el sector

Motor principal para el buque “Luca Mario”, antiguo “Estreito de Rande”, ayer en Mar del Plata. |   // CEDIDA

Motor principal para el buque “Luca Mario”, antiguo “Estreito de Rande”, ayer en Mar del Plata. | // CEDIDA / Lara Graña

Lara Graña

Lara Graña

El argentino es uno de los principales caladeros para la flota de capital gallego, que opera desde los muelles de Mar del Plata a Puerto Deseado con merluza, langostino y pota como principales especies objetivo. Con la entrada de Wofco en el capital de Conarpesa, los buques participados por firmas españolas en el país superan ampliamente el medio centenar de efectivos, con unidades que operan directamente para Iberconsa, Nueva Pescanova, Profand, Vieirasa, Fandicosa o Videmar. Un buen ejército que requiere de una extensa red de instalaciones navales para varadas periódicas o reparaciones por avería en los sistemas de propulsión, navegación o refrigeración.

En las últimas semanas, las armadoras han tenido que enfrentarse a un atasco en el aprovisionamiento de piezas para estos arreglos, que tiene a buques parados en puerto y que amenaza con extenderse y complicar el inicio de la campaña de calamar. Las modificaciones introducidas por el Gobierno de Alberto Fernández en los mecanismos de importación a Argentina están detrás de este colapso colosal, como apuntan a FARO fuentes de tres de las armadoras de Vigo que operan en la zona.

“Queríamos mandar unas piezas urgentes, para lo que antes tardaríamos una semana en obtener todos los permisos. Ahora llevamos dos semanas y sin noticias”, resume uno de los empresarios consultados, con barcos poteros y tangoneros. El problema de fondo es macroeconómico y obedece a la escasez de divisas, y que perjudica a todo tipo de industrias que necesitan de la importación de componentes para completar pedidos. La Casa Rosada decidió pasar del Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) al denominado Sistema de Importaciones de la República Argentina (SIRI) “con el objetivo de cuidar las reservas del Banco Central”, que se estaban quedando sin dólares.

A efectos prácticos, otorga al ejecutivo la capacidad de validar o no la compra exterior de mercancías para evitar que haya empresas que estén acumulando stock, por ejemplo, y vaciando de reservas al sistema oficial. Entre los objetivos del nuevo sistema SIRI, según la Cámara de Comercio argentina, “se encuentra el de identificar anticipadamente aquellas operaciones que no guardan relación con la capacidad económica y financiera del importador”. Poner coto, en definitiva, al acopio de divisas.

“Ahora es mucho más complicado y está limitado el pago de divisas al exterior”, constata otro empresario gallego desde la provincia de Santa Cruz. “También ha bajado la calidad del cartón, porque los proveedores del exterior nos piden pagar contra documentos, no a 180 días como establecen ahora. Les hemos dicho [al Gobierno] que hay barcos que no están saliendo porque no podemos importar una pieza de 5.000 dólares, que nosotros exportamos por 2.000 millones”, abunda.

Daniel Coluccio es responsable de Relaciones Institucionales de Solimeno, una de las principales armadoras del país. “Todo lo que es línea de eje no se fabrica aquí”, en referencia a motores, cajas reductoras o de velocidad. “Los stock que había en las empresas concesionarias de las marcas, como MAC o ABC, se han agotado. Y tenemos problemas con refrigeración, hay barcos parados desde hace más de 35 días, y son pequeños”. Otros de mayor porte, como congeladores de 38 metros, están “empezando a tener problemas y a quedar también parados por falta de repuestos”.

“No solo no te autorizan la transacción, cuando vas al Banco Central te dicen que no tienes cupo para poder girar los fondos al exterior”, continúa Coluccio en declaraciones a FARO. La flota tiene la vista puesta en la primera semana de enero, cuando se iniciará la campaña de pota. “El que tenga una urgencia está fastidiado. No tienen dólares”, complementan fuentes del sector. La industria espera que el nuevo sistema mejore los tiempos en las próximas semanas y acometer la campaña de gambón o langostino patagónico (mes de abril) sin contratiempos.

Eso sí, al margen de que se alivie el torniquete sobre las importaciones de insumos, las armadoras tienen sobre la mesa ya una convocatoria de huelga de 48 horas, planteada por la Asociación Argentina de Capitanes Pilotos y Patrones de Pesca. “Vamos a reclamar por el impuesto de la producción –aplicado sobre los salarios– y el negro del sueldo que involucra a las empresas”, advirtió a este periódico su secretario general, Jorge Frías.

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