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Ayudas públicas para la construcción de pesqueros... pero de lejos

Bruselas permite a Francia otorgar subvenciones directas para la construcción de 31 buques en la región ultraperiférica de la Guyana | España pedirá usar fondos UE para renovar flota

Buques pesqueros en Port du Larivot, en la Guyana francesa. | // CACL

Pese a que la flota de capital gallego que opera en Malvinas está acometiendo su mayor proceso de renovación en tres décadas –con unidades para participadas de Rampesca, Pescapuerta, Pereira o Copemar–, la realidad de los pesqueros con pabellón español es vetusta. Tienen 36 años de media, como constatan los últimos datos del Scientific, Technical and Economic Committee for Fisheries (STECF), solo por detrás de Eslovenia (43,2 años), Croacia (40) y Suecia (36,8). El rigor de las políticas comunitarias impide la concesión de fondos para la renovación, pese a las reivindicaciones del sector y la creciente dependencia de materia prima de terceros países. Eso sí, la línea dura de Bruselas –entiende que las ayudas directas propician necesariamente la sobreexplotación de las pesquerías– se vuelve dócil en algunas ocasiones. Este mismo año, la Comisión de Competencia habilitó a Francia la concesión de algo más de 17 millones de euros para subvencionar la construcción de barcos de pesca. En la Guyana, un territorio con categoría de región ultraperiférica. Serán 31 unidades, sobre todo de palangre, que se podrán construir en astilleros galos.

El programa tiene la calificación de ayuda estatal (con el número de expediente SA.59051). Dado que la flota de este territorio está compuesta de unos cien efectivos –como consta en el expediente comunitario–, estas ayudas permitirán renovar buena parte de todas las unidades operativas a día de hoy. Se desplegarán subvenciones a fondo perdido hasta 2027, a razón de 2,5 millones de euros al año, y se distribuirán en tres apartados. El primero es para embarcaciones de menos de 12 metros de eslora, que podrán ser beneficiarios de hasta 262.200 euros; las unidades dedicadas al enmalle, de entre 12 y 24 metros, podrán aspirar a 460.000 euros; los camaroneros, por último, tendrán ayudas máximas por 1,61 millones.

“Las autoridades francesas confirman que la ayuda no está supeditada a la adquisición del nuevo buque a un astillero específico”, expone el texto del acuerdo, si bien el programa sí ha calculado los costes del transporte de las nuevas construcciones desde el “continente europeo” a la Guyana. “Sin perjuicio –matiza– de la posible identificación posterior de un astillero cerca”. La pesca es el principal motor exportador de esta región; “unos 450 pescadores, cuya edad media oscila entre los 40-50 años, operar a bordo de estas unidades”.

Subvenciones como ésta, que se rechazan para los países comunitarios, están amparadas por las directrices de Bruselas en cuanto a las ayudas al sector pesquero. “Cuando una ayuda [...] sea destinada a paliar las limitaciones específicas de estas regiones relacionadas con su lejanía, su insularidad y sus regiones ultraperiféricas, será evaluada por la Comisión caso por caso”, determina la normativa en vigor. El ministro español de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ya ha defendido que la concesión de fondos públicos debe recuperarse, tanto para facilitar la transición energética de la flota como para resolver el problema de falta de relevo generacional. “La pesca del siglo XXI no se puede hacer con los barcos del siglo XX, y para eso hace falta mucho dinero. Si queremos tener un relevo generacional necesitaremos que nuestros jóvenes vayan a un trabajo que sea rentable, pero también que se haga en condiciones que sean adecuadas”, resumió, en su entrevista con FARO.

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