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El conflicto entre la pesquera argentina Conarpesa y su gobierno atrapa a la viguesa Wofco: "Gallegos de mierda"

El presidente de la firma patagónica denunciará penalmente a Liberman por “persecución” y tras haber recibido insultos en público durante Conxemar | “Que me deje en paz”

Plantilla de Conarpesa, en una de sus plantas de elaborados. | // CONARPESA

La viguesa Worldwide Fishing Company (Wofco) acaba de cerrar la compra del 45% de Conarpesa, una de las principales armadoras de Argentina y líder en la exportación de langostino patagónico. Se trata de una operación gestada durante dos años y que fue alumbrada en las jornadas previas a la vigésimo segunda edición de Conxemar; la feria podría haber sido el escenario idóneo para la celebración de este acuerdo, pero no pudo ser. “Gallegos de mierda” o “el langostino es de los argentinos y soy yo el que lo maneja” son algunos de los improperios que exclamó, en Vigo, el subsecretario de Pesca de la Nación, Carlos Liberman, al presidente de Conarpesa, Fernando Álvarez Castellano. El empresario ha anunciado ya una demanda por lo penal contra el representante del Ejecutivo latinoamericano, según ha comunicado en múltiples medios de comunicación locales.

Un conflicto de herida abierta que atrapa así a una de las principales referencias españolas en la industria de elaborados de productos del mar, asentada en el top 10 por volumen de facturación. Álvarez Castellano ha constatado ya su “preocupación”, compartida con la de Wofco: “Va a mandarme una cuadrilla de inspectores a destruirme. A ver cómo le explico al socio inversor que la persona que, según él mismo dijo, maneja el langostino de Argentina, me va a permitir seguir trabajando si está completamente enfrentado conmigo”. Uno de los ejecutivos de la compañía de Teis estaba presente, en el lobby del hotel Nagari, cuando Liberman se explayó contra los “gallegos de mierda”, según pudo constatar FARO.

El motivo

“No me parece bien que, al frente de una subsecretaría, esté una persona con ese pensamiento sobre los españoles”, abundó el presidente de Conarpesa en Revista Puerto. Álvarez Castellano aboga directamente por la destitución del político, a quien acusa de imponer a su compañía sanciones que exceden la normativa en vigor o en base a interpretaciones arbitrarias de la misma. Incluso, por cargar las cajas de capturas con un peso inferior al máximo establecido. “Para mí no tiene que seguir en el cargo por el hecho vivido en España y por muchos más, no es una persona que esté desarrollando las tareas como corresponde, puedo no ser objetivo, pero creo que con lo que pasó en Vigo no se puede admitir de un funcionario público”. De momento, esta guerra no tiene visos de llegar a su fin. Desde la propia Wofco, como indicaron a este periódico, toda la atención está puesta en un ansiado restablecimiento de la cordialidad.

Las relaciones comerciales entre la pesca gallega y la argentina se han forjado a lo largo de décadas y han trascendido al propio sector extractivo. El Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (Inidep) ha construido en Vigo sus dos últimos buques oceanográficos, Víctor Angelescu y Mar Argentino, y el astillero Armón está ensamblando a día de hoy otros tantos pesqueros con el mismo destino y por encargo de Wanchese y Red Chambers. Eso sí, el verdadero cordón umbilical que une ambos países es el de la pesca. Allí operan Iberconsa (líder mundial en merluza congelada a bordo), Profand, Nueva Pescanova, Vieira, Fandicosta o Videmar; los salarios en este sector son los más elevados de toda la economía argentina, como desgranó FARO en base a los registros del Ministerio de Empleo y al Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).

En declaraciones esta vez al canal de radio FM del Viento, el presidente de Conarpesa volvió a incidir en la preocupación que se le ha trasladado desde Vigo. “Una cosa es que por el conocimiento que tienes con una persona te puedas tomar la libertad de hablar de una forma u otra forma dentro de una reunión particular, y otra cosa es en el lobby de un hotel delante del CEO de una compañía que está invirtiendo una fortuna en Conarpesa. El colaborador me preguntó cómo seguía todo, le dije que es algo típico de Argentina, qué le voy a decir”. Y zanjó: “Hay que buscar una solución, yo quiero que me deje en paz, que haga su trabajo y no me persiga, porque no lo persigo a él ni a nadie. Estoy seguro que es un problema que tiene con los españoles”.

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