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El precio medio de merluza y gallo crece un 30% en lonja en menos de un mes de vedas

Las descargas caen en 1.000 toneladas en los principales puertos desde el veto a la pesca de fondo | El rapante sube a 4,5 euros y la merluza a 5 | Rape y bacaladilla, a la baja

Camiones en la lonja de O Berbés. RICARDO GROBAS

Los efectos del veto a la pesca de fondo en 87 caladeros fueron casi inmediatos. Tanto en los ánimos del sector, que ya venían caldeados desde que supieron de la medida impulsada por la Comisión Europea, como en la operativa diaria de la flota. Si bien el arrastre vio algo liberada su actividad al salvar la pesca en 41 de las zonas (por no llegar a los 400 metros de profundidad), los problemas en áreas históricas de Gran Sol acabaron impactando en las capturas. En la primera semana, la cantidad ya se redujo en las lonjas gallegas. Pasados 25 días desde que entró en vigor el reglamento, la situación no ha mejorado. Las descargas de las principales especies del caladero (merluza, rape, gallo y bacaladilla) cayeron en los cinco puertos de referencia de la comunidad gallega (Vigo, A Coruña, Ribeira, Celeiro y Burela) en un 12,5%, lo que ha provocado que, en algunos casos, el precio se dispare. Solo el precio medio de la merluza y rapante escaló casi un 30% respecto al mismo período del pasado año.

El 2022 no será muy bien recordado para los gransoleros gallegos. Tras el duro golpe que supuso el drástico aumento del precio del gasóleo tras el estallido de la guerra en Ucrania, los precios tampoco acompañaron en el inicio del verano. Entonces, el gallo (o rapante) se llegó a pagar por debajo de los 2 euros el kilo, lo que hacía insostenible la actividad principalmente en Vigo, cuya flota arrastrera es principalmente rapantera.

Lo que entonces no se esperaban en el sector es que Bruselas complicase todavía más las cosas con el reglamento para la protección de los ecosistemas marinos vulnerables (VME, en inglés). En solo unas semanas, la flota pasó de faenar con dificultades, pero como siempre, a ver cómo se cerrarían buena parte de sus principales caladeros.

La norma que vetó la pesca de fondo más allá de los 400 metros de profundidad en 87 caladeros de España, Portugal, Francia e Irlanda entró en vigor el pasado 9 de octubre. Y desde entonces, la primera venta en las lonjas gallegas se ha resentido. Si ya en la primera semana se percibió un descenso en las descargas, transcurridos 25 días el impacto se mantiene.

Cifras

Según los datos de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, gestionada por la Consellería do Mar, en ese período se comercializaron en las lonjas analizadas un total de 7.206 toneladas de merluza, rape, gallo y bacaladilla, lo que suponen 1.000 toneladas menos que en el mismo período del pasado año, cuando se alcanzaron las 8.240.

Un barco de Gran Sol llegando al puerto de Vigo

Lo mismo sucedió con el valor alcanzado por esta cantidad. En total, las cuatro especies se vendieron por 20,3 millones de euros por los 25 del pasado curso, casi un 19% menos. El grueso corresponde, como es habitual, a la merluza, de la que se comercializaron 2.652 toneladas por casi 13,5 millones.

La bajada se debe, principalmente, a la menor cantidad descargada y, por lo tanto, capturada por la flota, en especial en Gran sol. Aunque también por el descenso en el precio medio del rape y la bacaladilla. En el primer caso, se vendió a una media de 5,2 euros el kilo, un 18,8% menos; en el segundo, a 55 céntimos, la mitad de hace un año.

Aumentos

Tanto es así, que esas caídas de precios y de la cantidad descargada no se llega a compensar con el aumento en el valor que se da en dos especies clave como son la propia merluza y el gallo. Para este último, el rapante se vendió a un promedio de 4,44 euros el kilo por los 3,47 del mismo período en 2021, lo que supone un aumento de casi el 28%. En lo que respecta a la merluza, en las lonjas alcanzó los 5,09 euros el kilo, 1,15 más que en el pasado año, un alza del 29%.

A punto de encarar la época clave para la pesca gallega, las fechas navideñas, ni la cantidad descargada ni los precios parecen ayudar a la flota. A ello tampoco ayudará que otras especies, como es el caso de la pota de Gran Sol, tampoco vayan a estar disponibles en estos meses clave. Como adelantó FARO, los armadores olívicos descartan iniciar la campaña ante las dificultades que generan las vedas impuestas por Bruselas.

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