La industria conservera gallega tendrá un 2023 complicado si la inflación y la baja demanda continúan. Tanto, que las empresas de pequeño tamaño, con elevado endeudamiento o que no posean una estructura de balance muy sólida, pueden tener problemas para afrontar estos retos. Así lo resume un informe de Solunion, joint venture en constituida en 2013 entre Mapfre y Allianz Trade, que avanza también una estabilización del precio de las materias primas que, sin embargo, no volverán a los niveles prepandemia.

La firma, especializada en ofrecer servicios de seguro de Crédito y de Caución en España y Latinoamérica, realizó un estudio sobre el sector conservero de pescados y mariscos en Galicia. El informe, al que ha tenido acceso este medio, resalta que el sector “se encuentra en un momento de incertidumbre” y que está “derivada de la espiral inflacionista actual”. “El sector se está focalizando en intentar reactivar de nuevo la demanda interna e incrementar la exportación, así como en afrontar su transformación industrial con inversiones destinadas a renovar activos y digitalizar el negocio”, recoge el análisis.

Según Solunion, el objetivo de la conserva es “aumentar la competitividad y la eficiencia y mejorar los márgenes”. Para ello es clave el precio de las materias primas, disparado en los últimos meses. “Desde el inicio de 2022, las grandes compañías han trasladado la subida de los precios a sus clientes para compensar la subida de las materias primas y de los costes externos”, informan.

Según la compañía, “esto va a seguir provocando un descenso de la actividad en toneladas, pero no así en valor”, lo que a su juicio podría “camuflar” los resultados de este año “por la evolución positiva durante la primera mitad del año”.

De cara al próximo año, la firma especializada estima que “la rentabilidad de las compañías se va a resentir notablemente” en caso de que la inflación y la caída del consumo persistan, “lo que va a lastrar las inversiones y las nuevas contrataciones por lo menos a corto-medio plazo”.