La renovación de licencias impulsada por el Gobierno de Malvinas con la idea de malvinizar las joint venture pesqueras que operan en su caladero entra en su punto decisivo. Las pesqueras, formadas por armadoras gallegas y socias locales, ya han presentado sus proyectos para extender por 25 años la vigencia de sus permisos de pesca en el archipiélago a cambio de una remodelación accionarial que dé al menos un 51% a las firmas malvinas. Con el cierre de la ventana abierta para presentar las propuestas la Administración local está ya evaluando y espera dar una respuesta este mismo verano, hacia finales de agosto o comienzos de septiembre.
La extensión de las licencias, denominadas ITQ (siglas en inglés para cuota transferible individual), se impulsó antes de la llegada del COVID. Tal y como adelantó FARO en exclusiva, la intención del Gobierno local es “aumentar la propiedad y control” malvino en la industria pesquera, para lo que lanzaron “un proceso para permitir la renovación anticipada” de estas licencias de pesca a partir de 2021, lo que ampliaría la vigencia en 15 años más respecto a la vigencia de las actuales, pasando de expirar en 2031 a hacerlo en 2046.
La flota afectada por esta medida la forma un total de 16 buques gallegos que se dedican a pescar calamar (Loligo) en el caladero de este archipiélago situada en el Atlántico suroeste. Se trata de grandes arrastreros que realizan dos campañas al año en una lucrativa pesquería que acaba en el mercado europeo, principalmente a través del puerto de Vigo.
Si bien alguna de las firmas ya ha dado el paso (como anunciaron la gallega Copemar y la malvina Beauchene Fishing en Conxemar 2019), está por ver cuantas joint venture siguen este proceso. “La flota está contenta con cómo se lleva la gestión de la pesquería de calamar, pero esta es una decisión única y exclusiva de cada empresa”, explican fuentes del sector consultadas.
Lo que sí está claro es que los proyectos para la renovación de las ITQ vendrán acompañados de una renovación de la flota. Más allá de la sustitución del Baffin Bay de Copemar (hundido tras sufrir un incendio en el puerto de Vigo), cuya construcción se rifan lo astilleros Nodosa y Armón, hay otras unidades a la espera de concretarse de la mano de estas nuevas licencias.
Segunda campaña
Mientras se concretan los nuevos ITQ, la flota –la mayoría, el Igueldo ya está en Stanley– se encuentra ya de camino para iniciar la segunda campaña del año con la difícil tarea de igual la primera, que culminó con un récord de más de 55.000 toneladas de calamar Loligo.
Los buques iniciarán la faena a finales de este mes y no volverán a Vigo y Marín hasta noviembre tras acabar la campaña a finales de septiembre, siempre y cuando el tiempo o la situación del stock lo permita. Tradicionalmente esta segunda tanda suele contener menos capturas que la primera, aunque todavía está por ver cómo se encuentra el caladero a través de la primera pesca experimental.