La información es esencial para monitorear las actividades que amenazan los recursos marinos, pero en Latinoamérica “muchas de las leyes de pesca están desactualizadas” y eso impide fiscalizar a los barcos furtivos, dice para EFE la gerente del Programa en Latinoamérica de Global Fishing Watch, Mónica Espinoza.

La organización, fundada (entre otros) por Google, se dedica a analizar datos para rastrear buques de pesca, colabora con gobiernos, periodistas y otras entidades investigadoras interesadas en atajar la pesca ilegal y la sobreexplotación de los caladeros. Trabajan cada vez más con gobiernos, pues son “los actores más importantes al poder hacer medidas y cambios, y tener injerencia sobre sus propias flotas”.