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Familias del “Pitanxo” piden frenar la salida del buque del IEO para Canadá sin un robot

Exigen que el “Vizconde de Eza”, que parte mañana para una campaña de pesca de tres meses, sea equipado para buscar el pesquero | La Xunta habla de “auténtico despropósito”

El “Vizconde de Eza” amarrado ayer en la Estación Marítima de Vigo. | MARTA G. BREA

Doce años han pasado desde que el Instituto Español de Oceanografía (IEO) presumía de una incorporación de renombre. El vehículo de operación remota (ROV, en inglés) Liropus 2000, cuyo coste ascendió a casi 1,5 millones de euros, se sumaba al resto de equipamientos científicos de la flota investigadora nacional. Respecto al resto, su el gran avance que representaba era su capacidad para operar hasta más de 2.000 metros de profundidad, demostrada en varias operaciones y también en labores de rescate. Clave fue su participación en el hallazgo del cuerpo de Olivia, la niña que desapareció junto a su hermana Anna después de que su progenitor Tomás Gimeno las asesinase en Tenerife. Y clave podría ser su participación en la localización y filmación del pecio del Villa de Pitanxo, como vienen reclamando las familias de los 21 fallecidos que dejó el naufragio del arrastrero de Marín el pasado 15 de febrero. Tanto este ROV como el ofrecido, de forma gratuita, por una empresa noruega.

Sin embargo, la paciencia de los familiares con la Administración central se agotó ayer cuando conocieron que el IEO enviará el buque Vizconde de Eza durante tres meses a la zona del naufragio, Terranova. Sin robot y sin la intención de buscar el buque, solo para analizar los recursos pesqueros. “Esto es la gota que ha colmado el vaso”, señaló ayer indignada la portavoz de las familias, María José de Pazo, que tildó la noticia de “un desprecio sin igual” y “más que lamentable” que no hayan intentando enviar un robot a la zona para buscar el barco. Tanto las familias como la Xunta piden que el buque no salga de Vigo este domingo, como tiene previsto, si no es con un ROV y con el sónar de barrido lateral para localizar el barco.

El ROV del IEO con capacidad para operar a 2.000 metros de profundidad. IEO

Por contra, fuentes del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación explicaron que el Vizconde de Eza "no está preparado para ese tipo de tareas" y que su dotación, compuesta por científicos, no es la adecuada. Además, descartan que se pueda subir un ROV (bien sea el noruego o el del IEO) a bordo "porque afectaría a la estabilidad del barco", para lo que citan un informe realizado por un ingeniero naval al respecto.

“Esto es la gota que ha colmado el vaso”, dicen las familias

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La semana pasada la familias se reunieron con el presidente del Ejecutivo gallego, Alfonso Rueda, y con la conselleira del Mar, Rosa Quintana. Tras el encuentro se desveló que una firma de Noruega cedería gratis un ROV con la capacidad necesaria para la misión y el sónar. Entonces, la Xunta se comprometió a ponerse en contacto con el Gobierno para que cediesen uno de los barcos para desplazarse hacia Terranova y encontrar el Villa de Pitanxo, cuya localización es clave para que la investigación que se lleva a cabo tenga plenas garantías de cara al juicio en el que piden 21 delitos de homicidio imprudente y contra los derechos de los trabajadores contra el capitán, Juan Padín, uno de los tres supervivientes.

El Vizconde de Eza, que tiene un ROV con capacidad para 600 metros de profundidad (el arrastrero se estima que está a un kilómetro) y una ecosonda multihaz de hasta 5.000 metros, se desplazará desde mañana y hasta el 2 de septiembre al caladero de NAFO. Sin embargo, allí solo realizará las habituales campañas pesqueras para estudiar los recursos de la zona (llamadas Platuxa, Flemish Cap y Fletán Negro 3L), principalmente bacalao, fletán negro, camarón, gallinetas, limanda, platija, mendo, granaderos y rayas.

Aunque hay informes técnicos que recogen que España tiene los medios necesarios y que los preparativos para la operación frente a Canadá “se pueden hacer en 10 días”, como publicó FARO, por el momento el Gobierno no ha movido ficha y la noticia del viaje a Terranova del oceanográfico sentó mal a familias y Xunta. “Sería un auténtico despropósito no aprovechar la campaña para rastrear la zona del hundimiento y hacer las averiguaciones que piden las familias”, trasladaron ayer fuentes de la Xunta, que insistieron en la intención de “sufragar la logística de los medios a emplear, siempre y cuando el Estado pusiese un barco”. “No tiene sentido pagar algo en el mercado privado que tiene el Estado”, insisten en relación a los buques oceanográficos.

María José de Pazo, por su parte, avisó que el Gobierno sigue sin responderles y que la semana que viene llevarán a cabo movilizaciones en Madrid de la mano de los sindicatos que los apoyan en su reclamación. “Hemos esperado tres meses, pero esto ya es inaceptable”, trasladó ayer, “que no se nos informe de estos es la gota que ha colmado el vaso”.

¿Cómo se tiene que localizar el pesquero?

El capitán Rodrigo Tuero, de la empresa Marítima de Consultores Asturleonesa, realizó un informe para las familias en el que analizaba la viabilidad y operativa del la localización del Villa de Pitanxo, como adelantó FARO. Esto son las principales conclusiones.

- Localización.

Lo primero sería localizar los restos del buque. Para ello es necesario disponer de equipos con un magnetómetro o sonda lateral –como los que tienen los oceanográficos– para hacer barridos con señales multihaz, lo que arrojaría distintos puntos de interés en el fondo que potencialmente podrían ser el barco y que deberían descartarse uno por uno hasta dar con Villa de Pitanxo.

- Acotar y buscar.

Para ello, bastaría con acotar una zona de 25 millas cuadradas respecto a la última posición satelital recibida del barco. A través de un barrido ordenado con la sondas se podría cubrir en unas 24 horas. A partir de ahí empezaría la tarea complicada de encontrar el caso de 50 metros de eslora en el fondo.

- Inspección.

El experto estima que la inspección a realizar con el vehículo de operación remota (ROV, en inglés) del barco se podría realizar en unas 48 horas. Con ello se podrá comprobar su estado, recoger pruebas y, sobre todo, saber si tiene amarrados a las maquinillas de cubierta los aparejos. Todo lo que sea necesario para intentar explicar el naufragio.

- El ROV.

El barco se encuentra a una profundidad de unos 1.000 metros, por lo que el ROV debe tener la capacidad suficiente para llegar hasta allí. El IEO cuenta con uno que cumplirá estas características, el Liropus 2000, que llega hasta los 2.000. A mayores, una firma noruega ofreció otro de forma gratuita.

- Barco.

El ROV debe llegar al caladero de NAFO a bordo de un tipo de barco concreto de entre los que dispone España. El experto analizaba que el idóneo sería el Sarmiento de Gamboa, de 70 metros. De utilizarse ese, la operación se podría preparar en 10 días, aunque “se podría considerar la utilización de otro buque” con equipos cedidos. Ahí podría entrar el Vizconde de Eza.



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