La Guardia Civil continúa sus pesquisas para intentar aclarar qué pasó el pasado 15 de febrero en aguas del Atlántico noroeste, tanto antes como después del naufragio del pesquero 'Villa de Pitanxo'. Los agentes encargados volvieron a llamar a declarar al marinero Samuel Kwesi Koufie, uno de los tres supervivientes, que durante “varias horas” repasó lo sucedido a bordo del arrastrero en el momento del accidente y, sobre todo, tras el rescate.

En concreto, y según confirman fuentes cercanas al marinero, los investigadores quisieron volver a repasar la declaración realizada a su llegada de Canadá con la idea de concretar horas y acontecimientos, en especial en relación a las supuestas presiones que habría recibido Kwesi por parte de la armadora, Grupo Nores, y del capitán del navío, Juan Padín. Según estas mismas fuentes, el marinero ratificó su versión de los hechos.

El juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno envió al juzgado de Marín la investigación sobre el naufragio a comienzos de mes. Las partes implicadas están a la espera de conocer los autos, pero mientras la Guardia Civil sigue con las investigaciones. Por ello, los agentes vieron la necesidad de volver a llamar como testigo a Kwesi y que prestase declaración sobre el siniestro que se cobró 21 vidas.

Durante la declaración, los agentes volvieron a cuestionar al marinero tanto sobre el accidente en sí y sobre qué pasó durante los días que estuvieron en el barco 'Playa Menduiña Dos', la embarcación que los rescató, o en St. Jonh’s, la ciudad canadiense desde la que regresaron a España, donde denunció las supuestas presiones sufridas tanto por parte de la armadora como del capitán para dar una versión concreta sobre los hechos.

El testimonio de Samuel Kwesi ante la Guardia Civil y ante la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) difiere del ofrecido por Padín y por Eduardo Rial, sobrino de este último y el tercero de los rescatados.

Así, la versión del patrón Padín y Rial explicaría que el accidente se produjo durante la maniobra de virada del parejo y que el pesquero se hundió “de forma muy rápida” por los golpes de mar que lo escoraron después de sufrir una parada en el motor principal.

Kwesi Koufie, por su parte, declaró que el patrón no habría atendido a las advertencias que los marineros le habían hecho para que soltase la red, lo que podría haber permitido corregir la escora y haber evitado el naufragio.

En una entrevista exclusiva para FARO un mes después del siniestro, Padín insistía en su versión de los hechos.

Por su lado, fuentes cercanas a Padín confirmaron que ni él ni ningún miembro de la armadora fueron llamados a declarar de nuevo por lo sucedido.

Pecio

Por otro lado, los familiares de las víctimas siguen luchando para que se haga justicia y se baje al barco, hundido a unos 1.000 metros de profundidad. De hecho, ayer se mostraron indignados por unas declaraciones del delegado del Gobierno en Galicia, José Manuel Miñones, en las que vinculaba bajar al barco hundido con el rescate de los cuerpos. “Si se encuentra un cuerpo bien, perfecto, pero nosotros lo que queremos es que se baje para recabar pruebas para la investigación”, apuntaba María José de Pazo, una de las hijas de los fallecidos y portavoz del colectivo.

Junto a ello, ayer el Concello de Pontevedra aprobó por unanimidad una declaración institucional impulsada por las familias y en la que se solicita al Gobierno central que baje al pecio. Todos los grupos indican que Fiscalía observó indicios de “homicidio imprudente”, por lo que “ahora más que nunca” el visionado del estado del barco “arrojaría datos para el buen funcionamiento de la investigación”.

Por todo ello, se pide una operación en coordinación con el Gobierno de Canadá para localizar el buque, descender al mismo y elaborar un trabajo audiovisual. Lo mismo acordó el pleno de Marín más tarde.