Cuando uno siente que, además de trabajar en una empresa, forma parte de una gran familia, si hay que despedir a un compañero, sientes que además estás despidiendo a un miembro de tu familia.

Sabemos que lo que podamos decir de Christian puede sonar tópico en estas situaciones, pero quien lo haya conocido, entenderá que cualquier palabra se queda corta para describir a esta persona tan grande.

(Y cómo duele describirlo en pasado)…

Christian era generoso, servicial, alegre, siempre con una sonrisa en su rostro, amable, buscaba solución a cualquier problema, y siempre conseguía ver el lado bueno de las cosas.

Sus grandes pasiones eran su familia, su profesión y el deporte.

Su mujer y sus hijos eran lo primero, por encima de todo.

Como profesional era único. Desarrollaba múltiples funciones, todas con igual empeño y dedicación. Pero sobre todo, no era un responsable de RR HH: él cuidaba de las personas.

De sus compañeros tanto de tierra, como los que estaban en la mar, como personas de cualquier procedencia que trabajase con nosotros y necesitase ayuda en temas de cualquier índole.

Hoy no solo lo lloramos aquí, si no en muchos lugares del mundo.

En el deporte era un corredor tenaz y a la vez disfrutón, que valoraba más ese tiempo entre amigos, que lo competitivo.

Nos reconforta un poco saber, que se fue haciendo una de las cosas que más le gustaba.

“Christian era mucho Christian”; “No hay otro como él”; “Era especial, era diferente”, “Si hubiese más personas como él, el mundo sería un lugar mejor”. Esto es literalmente lo que se oía estos días de duelo y despedida que hemos pasado. Y quien lo haya conocido sabrá, que son palabras sinceras, ciertas y nada exageradas.

Sus compañeros de Armadora Pereira, y de todo el Grupo Pereira, nos sentimos profundamente tristes, desolados, todavía incrédulos pero también enormemente agradecidos y felices por haberlo tenido en nuestras vidas, y haber aprendido tanto de él.

Afrontaremos este vacío irreparable unidos, intentando mirar hacia adelante juntos, como a él le hubiese gustado que hiciésemos.

Adiós, Cris. Buen viaje.

Y enhorabuena.

Como ves, la carrera más difícil, la de la vida, la del cariño y admiración de la gente, las has ganado.

*Poeta, miembro del equipo de Armadora Pereira