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Malvinas recorta cuotas para las licencias de captura de pescado y las hace inviables

La reducción del esfuerzo pesquero va de un 42% a un 70% | Solo aumenta en el caso de la merluza, pero el precio casi se dobla | La medida afecta a 23 buques de Vigo y Marín

Parte de la flota que faena en Malvinas amarrada en Beiramar y Bouzas en enero. | RICARDO GROBAS

La flota gallega que faena en aguas de Malvinas captura, principalmente, calamar Loligo. Son 16 buques arrastreros que realizan dos campañas anuales y cuya bandera es la del archipiélago en base a las joint venture con empresas locales. Sin embargo, hay otros 23 barcos con base en Vigo y Marín que también trabajan allí buena parte del año. Capturan, en este caso, pescado como merluza, bacaladilla, bacalao de roca, marujito... Para poder hacerlo, cada año deben pagar la tarifa correspondiente en función de la pesquería a la que se dirijan, al igual que hacen los barcos del calamar. Sin embargo, fuentes del sector explican que algunas de las empresas se lo están pensando para este 2022. Y es que el Gobierno de Malvinas decidió hacer una serie de modificaciones en las licencias que otorgan el permiso para capturar pescado tanto en lo que respecta a los días de faena permitidos como a la cantidad a abonar. Así, para dos de los tres permisos existentes los recortes del esfuerzo pesquero son de un 42% a un 70%, mientras que en la otra licencia (la de merluza) se aumentaron los días, pero también se dobló el precio.

Malvinas (Falkland Islands) lleva ya un par de años revisando su sistema pesquero, intentando sacar un mayor partido a sus recursos e intentando mejorar la gestión en base al conocimiento científico. Uno de los principales movimientos (todavía en proceso) fue el de la malvinización de las empresas conjuntas formadas por las firmas locales y las gallegas, por el que se ampliaría la vigencia de las cuotas transferibles individuales (ITQ, en inglés) para el calamar hasta 2046 (las actuales expiraban en 2031) a cambio de que el 51% de las joint venture quedasen bajo control malvino.

Ahora el Gobierno isleño ha decidido meter mano a las licencias de pescado. En un documento remitido al Consejo Ejecutivo del archipiélago por parte del departamento de Recursos Naturales se recomendaba no hace cambios en las licencias C y X, que afectan al Loligo, pero sí en las denominadas A, W y G.

El “Argos Vigo”, descargando en el puerto de Stanley, Malvinas. | CRAIG THAIN Adrián Amoedo

En concreto, Malvinas, “por motivos biológicos”, ha decidido recortar un 70% el esfuerzo pesquero de la licencia W, la que autoriza la captura de cualquier pez de aleta, excepto la merluza, la merluza negra, la raya y el granadero. De esta forma, pasa de 772 días a 218, con lo que la tarifa también se reduce pasando de poco más de un millón de libras (casi 1,2 millones de euros) a 307.605 (366.000 euros).

Por otro lado, también se redujeron los días de pesca (de 531 a 307) en el caso de la licencia G, una autorización que combina la captura de pescado (excepto merluza, raya y merluza negra) con la de la captura o la extracción de calamar Illex y calamar Martialia. La reducción es de un 42% y viene acompaña de una bajada igual en el precio, quedando en 440.149 libras (523.700 euros).

La situación contraria se da en la licencia que ya de por sí es la más cara, la A, para capturar merluza. En este caso el precio pasa de 1,1 millones de libras (1,3 millones de euros) a 2 millones de libras (2,4 millones de euros). Eso sí, a cambio de un aumento de los días de pesca del 83%, pasando 806 a 1.480.

En el cómputo global de las tres licencias de pescado (A, W y G) se da una reducción del esfuerzo pesquero que autorizan del 0,7%. “El axioma del Gobierno es adaptar los stocks y circunstancias de biomasa al esfuerzo pesquero”, explican fuentes del sector consultadas por estos cambios, que reconocen que existe “malestar” entre las armadoras afectadas. “Muchos se están replanteando la situación, sobre si entrar a pescar o no, pero son decisiones de las empresas”, resumen las mismas fuentes. “No les es rentable pagar esa licencia”, apuntan otras.

En Malvinas faenan casi 40 buques de capital gallego. En estos momentos la mayoría están trabajando en la zona.

Cierre de una zona para cuidar al calamar juvenil

La flota de calamar Loligo, que comenzó su campaña en Malvinas el pasado 23 de enero, ha decidido dar un paso más para cuidar la especie tras encontrar una buena cantidad de calamar juvenil al sur del archipiélago. De común acuerdo con el Gobierno, se ha cerrado un área en torno a la isla de Beauchene, una de las zonas más ricas de este cefalópodo, para potenciar su crecimiento. Por este motivo, los grandes arrastreros vigueses se trabajan estos días en la zona norte del archipiélago.

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