Cetmar testa con éxito motores eléctricos para la bajura

Esta semana acaba en Glasgow, Escocia, la reunión de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, cuyo objetivo principal es el recorte de las emisiones y dar pasos hacia la neutralidad de carbono. Para ello, el sector privado y la práctica totalidad de los sectores productivos juegan un papel importante. La pesca, entre ellos. Desde los barcos de pequeña eslora a las grandes unidades emplean motores de combustión para desplazarse. Con la idea de reducir esta contaminación y también la acústica, el Centro Tecnológico del Mar (Cetmar) culmina el proyecto Silencio, para el que ha testado con éxito motores eléctricos para barcos de pesca de bajura y auxiliares. “Es viable en muchos casos”, resalta la investigadora Silvia Torres, que reconoce que todavía queda mucho por hacer y que apuesta por “seguir investigando”.

Con el objetivo de lograr una actividad “sostenible y con menor impacto acústico”, el Cetmar probó estos motores desde primavera. “El proyecto es pequeño, de solo un año”, comenta la coordinadora de la Unidad de Tecnologías Marinas del centro dependiente de la Consellería do Mar. Como explica Torres, Silencio se dividía en dos vertientes: por un lado, la monitorización de los ruidos, para lo que se actualizó la instalación de Cortegada y se realizó una nueva adquisición de datos; por otro, el estudio de viabilidad para el uso de los motores eléctricos en barcos de menos de 7 metros de eslora.

El Cetmar caracterizó las jornadas de trabajo del sector, el tiempo de las operaciones, las velocidades necesarias... “Identificamos todas aquellas actividades susceptibles de usar estos motores”, comenta. Para ello contaron con la colaboración de las cofradías de pescadores de Vigo, Portonovo, Baiona, Bueu, Cangas, Lira y Muros. Después se hizo la puesta a punto del motor eléctrico con el que ya venían trabajando en otros proyectos del Cetmar, haciéndolo más viable y de una autonomía necesaria.

¿El resultado? Aunque aún están tratando todos los datos recogidos, Torres reconoce que han descubierto que “hay casos en los que claramente se pueden utilizar”, aunque hay otros en los que no por el tipo de operativa. “Lo que sí vemos es que hay una disminución del ruido y que sería viable para muchos casos”, explica, “y hay que recordar que la tecnología mejora cada día y lo que hoy no es viable mañana a lo mejor sí”.

Por este motivo, la investigadora apunta a seguir trabajando con estos motores y la idea es continuar con un Silencio 2.

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