La descarbonización del sector pesquero

La descarbonización del sector pesquero

La descarbonización del sector pesquero / Ernesto Penas*

Ernesto Penas*

El sector pesquero es enteramente dependiente de los combustibles fósiles. Por ello es oportuno preguntarse: ¿qué futuro aguarda a este sector en una Europa que ha establecido como objetivo lograr una economía neutra en carbono en 2050? Aunque los detalles del Pacto Verde europeo todavía tienen que ser desarrollados, parece existir cierto acuerdo sobre el hecho de que la navegación y, por ende, la pesca de altura y gran altura, presentan problemas de descarbonización que aconsejan una transición más larga que, por ejemplo, la de la movilidad terrestre, donde el vehículo eléctrico es ya una realidad viable.

Pero sería un error pensar que la descarbonización del sector pesquero puede esperar; que hay tiempo suficiente para encontrar soluciones antes de 2050. O aún más, que es posible pedir algún tipo de excepción para este sector teniendo en cuenta que la navegación marítima, en su conjunto, es apenas responsable del 3% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. Y es que, mucho antes de 2050, habrá que lidiar con el problema, ya sobre la mesa de las instituciones internacionales, del régimen fiscal de los carburantes marinos: el favorable tratamiento fiscal del gasoil marino en la actualidad podría tener los días contados.

Existen numerosas iniciativas alrededor del mundo para desarrollar alternativas a los sistemas de propulsión basados en el gasoil o el fuel. Muchas de ellas presentan soluciones parciales interesantes. Sin el menor ánimo de exhaustividad, podemos citar los motores de gas natural licuado, ya una realidad, o los de biocombustible, que utilizan productos del reciclaje de los aceites domésticos u otros residuos urbanos. También existen desarrollos de motores marinos híbridos, diésel-eléctricos. Pero en todos esos casos no se eliminan por completo las emisiones de CO2 y, por ello, son soluciones interesantes pero parciales. En cuanto a la propulsión solar o eólica, existen numerosos prototipos en todo el mundo. Pero como es sabido, este tipo de energía es muy variable en su generación, y el almacenamiento masivo de la electricidad que producen sigue constituyendo un reto sin resolver. Por ello, la navegación de larga distancia, y con ella la pesca de altura y gran altura, necesita otro tipo de solución.

Esa solución puede ser la propulsión por pila de combustible de hidrógeno. La pila de combustible es un sistema electroquímico en el que el hidrógeno se combina con el oxígeno, generando electricidad y produciendo agua como resultado. Es un proceso de alta eficiencia energética y bajo impacto ambiental: no produce CO2 como los motores de combustión interna. Por supuesto, la alimentación de la pila requiere la producción de hidrógeno molecular, por electrólisis del agua, y ese proceso consume energía. Pero si esta energía proviene de fuentes renovables, como la eólica, es posible completar el ciclo de producción, consumo y propulsión sin producir anhídrido carbónico: una descarbonización perfecta.

Además, el hidrógeno, a alta presión y baja temperatura, se puede almacenar en cantidades suficientes como para dotar a los buques de una amplia autonomía. Y, en todo caso, dado el carácter altamente volátil e inflamable del hidrógeno, se están estudiando otros combustibles renovables basados en el hidrógeno con mayor facilidad de almacenamiento y transporte, como por ejemplo el amoniaco.

En la actualidad existe una amplia gama de proyectos de desarrollo de tecnologías de propulsión por hidrógeno en todo el mundo. Sólo en Europa, el programa de investigación Horizonte 2020 de la UE ha financiado, entre 2014 y 2020, 108 proyectos de desarrollo de tecnologías del hidrógeno en el marco de la iniciativa Fuel Cells Hydrogen Joint Undertaking. Ya existen muchos prototipos en marcha. Y el programa actual (2021 a 2027) podría financiar muchos más proyectos.

El muy importante que el sector pesquero se movilice para promover el desarrollo de los sistemas de propulsión del futuro. Lo que está en juego es que, en el marco de la decarbonización de la economía europea, el sector pesquero sea parte de la solución y no parte del problema. En ello se juega nada menos que su futuro. Hay tiempo para lograrlo, pero hay que empezar ya de manera decidida. En otros países ya lo están haciendo. Incluso en algunos que, como Noruega, son productores de combustibles fósiles.

La renovación de la flota pesquera y su adaptación al nuevo contexto climático será lenta, y debe pasar por fases previas de investigación y desarrollo de las nuevas tecnologías. Sea la pila de combustible de hidrógeno o cualquier otra solución, el sector debe abrazar de manera decidida y sin dilación los esfuerzos actuales y futuros para desarrollar una navegación sin emisiones de carbono. Sólo así la pesca, y en particular la de altura y gran altura, podrá situarse en el lado correcto de la historia.

*Experto en gestión pesquera

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents