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El cerco de Galicia se queda “tirado” con el cierre de la sardina y la ausencia de jurel

Barcos de cerco antes de salir a por sardina. | MARTA G. BREA

El cerco gallego está, una vez más, contra la espada y la pared. La flota de la comunidad dedicada a la captura de especies pelágicas se queda sin sardina: la Secretaría General de Pesca decretó el cierre de la pesquería a partir de hoy al mediodía tras el consumo de la cuota asignada a este segmento de flota para el caladero Cantábrico Noroeste. El aumento del cupo general (para España y Portugal) hasta las 40.434 toneladas fue insuficiente ante la ausencia en la costa de otras especies clave para el sector como, por ejemplo, el jurel. Por este motivo, los 150 barcos se arriesgan a tener que amarrar ante la falta de opciones en el mar: no hay caballa (xarda, ya que pasó la época), no hay cupo de anchoa ni sardina y el jurel, como el cabalón (o xarda pintada), no hace acto de presencia. “Lo que pedimos a Pesca es que se amplíe la cuota de sardina hasta las 45.000 toneladas que permiten los científicos del ICES [Consejo Internacional para la Exploración del Mar]”, solicita el portavoz de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), Andrés García.

"O aumentan un poco la cuota o la flota tendrá que amarrar", apuntan desde las cofradías

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La resolución enviada por Pesca al sector recoge que la cuota de 7.918,3 toneladas de sardina asignadas al Cantábrico Noroeste “se encuentra próxima a agotarse” y proceden al “cierre precautorio”, efectivo desde las 12.00 horas de hoy. “¿Ahora qué? Ese es el gran problema”, lamenta García.

Desde Acerga, asociación mayoritaria con casi el 80% de los barcos de cerco gallegos, vaticinan que habrá armadores que decidirán “amarrar” al no poder salir “todos los días”. ¿El motivo? Tal y como publicó FARO el pasado día 13, la abundancia de sardina está “desplazando” al jurel, cuyas ventas en las lonjas de la comunidad han caído incluso a su nivel histórico más bajo. “No aparece, no hay boga ni cabalón, ni xarda, porque ya no es época. Solo tenemos la anchoa de la zona IXa [de Fisterra al sur], pero es un suspiro, son 100 toneladas y se agotarán ya”, insiste García.

Desde las cofradías tienen claro que “o aumentan un poco la cuota o la flota tendrá que amarrar”. Así lo asegura el presidente de la Federación Galega de Confrarías, José Antonio Pérez, que no sabe “cómo se va a buscar la vida el cerco”.

“Es increíble que con la biomasa de sardina que hay los barcos tengan que buscar jurel”, apunta por su parte el presidente del cerco de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), Antonio González, que teme que la flota aumente mucho la presión sobre especies como el jurel (“si es que aparece”).

En la resolución, Pesca abre la puerta a que puedan continuar pescando “aquellos buques que consigan, mediante transferencias temporales, cantidades extra de sardina ibérica”, principalmente mediante acuerdos con la flota del Golfo de Cádiz. Desde Acerga descartan la opción como una solución global, ya que entienden que solo serviría “para unos 15 o 20 barcos” de los 117 que tienen asociados o de los 150 registrados en la comunidad.

La única sardina que llegará a las lonjas será la del xeito. Las embarcaciones artesanales gallegas disponen aún de casi la mitad de las 348,1 toneladas reservadas para ellos. “Con el reparto que se hizo va a tener suficiente este año”, explica Ruperto Costa, patrón mayor de Cambados, una de las localidades en los que más se descargan las capturas de estos barcos.

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