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La flota celebra el cupo de calamar malvino sin arancel, pero su aplicación es "limitada"

Buques de la flota que opera en Malvinas antes de salir hacia el caladero para la segunda campaña del año. | PABLO HERNÁNDEZ

El contingente arancelario (ATQ, en inglés) de 75.000 toneladas del calamar Loligo gahi que captura la flota malvina se podrá aplicar de forma retroactiva, con lo que parte de las capturas de la especie realizadas por la flota con base en Vigo en la primera campaña del año se podrán beneficiar de unas tarifas a coste cero. Sin embargo, la propuesta de la Comisión Europea, publicada en exclusiva por FARO el pasado sábado, tiene letra pequeña. El sector pesquero valora de forma notable la inclusión de una partida de Loligo por primera vez en el reglamento de contingentes, pero a la vez lamenta que la aplicación real de este cupo será “menor de lo que parece”, ya que está “limitado a unas elaboraciones específicas” y no a todo el calamar que llega a Europa, con la ciudad olívica como principal puerto de entrada y con su industria como principal receptor. Es decir, no todas las capturas (casi 60.000 toneladas en lo que va de año) se podrán beneficiar del peleado contingente.

Villauriz asegura que el contingente solucionar el problema de la flota en Malvinas

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La negociación para incluir este calamar en la lista que enmienda el reglamento del último acuerdo (del año pasado) sobre contingentes arancelario se llevó con cautela y diligencia tanto desde el sector como desde las administraciones (a uno y otro lado del Atlántico) tras el acuerdo con el se cerró el Brexit el pasado diciembre. El resultado fueron las 75.000 toneladas anuales incluidas en un documento, cuya vigencia se extiende hasta finales de 2023.

Desde la Secretaría General de Pesca entienden que el problema de los aranceles para la flota que faena en el archipiélago está solventado. “Ahora mismo se está debatiendo el reglamento”, explica la secretaria general, “y merece toda nuestra atención porque soluciona el tema de nuestra flota en Malvinas”. Para la gallega Alicia Villauriz el contingente “da una solución definitiva” para que las capturas “puedan seguir entrando con las mismas condiciones antes de que se produjera el Brexit”.

El sector está pendientes de la aprobación del reglamento definitivo

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Sin embargo, desde el sector no lo tienen tan claro. Fuentes de la flota que faena allí consultadas por este periódico explican que están pendientes de la aprobación del reglamento definitivo para comprobar qué tipo de elaboraciones del calamar están excluidas del contingente, aunque creen que el texto no cambiará mucho respecto a la propuesta de Bruselas. “Está limitado a unas elaboraciones específicas en la UE, y no representan un porcentaje tan alto de la pesca total; no es tanto volumen el que va a poder beneficiarse del contingente”, aseguran.

La industria explica que las empresas están “dándole vueltas” para ver cómo conseguir aplicar el arancel cero al mayor porcentaje posible de las capturas que se harán, así como a las ya realizadas. En este caso, opinan que la retroactividad también será complicada de justificar, con lo que su “instrumentalización” será “compleja de activar”.

De Stanley a Oslo

Más allá del problema a la hora de aplicar con efectividad el ATQ para el calamar capturado por los 16 arrastreros con base en Vigo y Marín, que también preocupa en Stanley (capital de Malvinas), el reglamento tiene otras dificultades. En este caso, su raíz se encuentra en el extremo opuesto del océano. La autoasignación de caballa y el recorte unilateral de la cuota de bacalao comunitaria en Svalbard por parte de Noruega está generando división entre los Veintisiete. Unas diferencias que llegan al reglamento de los contingentes arancelarios, en el que figuran 22.500 toneladas de caballa noruega a petición de la industria transformadora de países del norte.

Esta división entre los Estados miembro está provocando una dilación a la hora de aprobar el texto propuesto por la CE, que se esperaba para estos días y que habrá que ver cómo finaliza, sobre todo por la presión por parte de algunos países o de la patronal pesquera europea Europêche para no complacer a Oslo ante sus decisiones. De hecho, la propia Villauriz entiende que los de caballa o arenque que figuran en el documento “no deberían incluirse tras el comportamiento por parte de Noruega”.

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