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Pulso por el bacalao en Svalbard: la flota gallega no dará su brazo a torcer frente a Noruega

Un buque gallego pescando en aguas de Svalbard estos días. FdV

El Brexit desencadenó un problema que, como reconoce le sector, no se vio venir. La desconexión de Reino Unido dejó un nuevo escenario en el Atlántico noreste, con un nuevo actor para la gestión pesquera. La falta de acuerdos en la materia está suponiendo todo un reto para las partes implicadas y algunos países han visto la oportunidad para sacar tajada en medio de la indecisión. Noruega, conocida por sus fuertes posturas en materia pesquera frente a la Unión Europea, movió ficha pronto, con un aviso para fortalecer su posición en el archipiélago de Svalbard, situado al norte del país y en el que faena flota comunitaria con el fletán y el bacalao como especies de referencia. Desde Oslo se decidió, de forma unilateral, recortar la cuota de bacalao de los buques comunitarios un 27,5%, pasando de las 24.645 toneladas a las 17.885, una situación que el sector pesquero se niega a aceptar y que está a punto de convertirse en un conflicto: la flota prevé seguir faenando hasta finalizar su cuota, la que entienden legítima, pese al aviso de Noruega, con lo que se teme que el país nórdico tome medidas de fuerza en el caladero.

Tres buques vigueses faenan estos días al sur del archipiélago

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Las islas de Svalbard están situadas en el Mar de Barents y su soberanía pertenece a Noruega desde 1920. En aquel año se firmó en París el Tratado de Svalbard, por el además de la soberanía se acordaba que las partes firmantes podrían tener acceso a los recursos naturales de la zona (como el carbón o la pesca) de forma equitativa. La Comunidad Económica Europea (CEE) inició en 1986 la regulación del caladero y se decidió establecer un total admisible de capturas (TAC) global, cuyo reparto entre los estados miembros se produjo cuatro años después, en 1990.

Sin embargo, en todo este tiempo de “relación” siempre hubo tiranteces con los noruegos, aguerridos en su defensa del acuerdo en cuanto a la soberanía, pero no tanto en cuanto al reparto.

Según comunicó la patronal pesquera europea Europêche a la Comisión Europea, el recorte de la cuota de bacalao y la autoasignación de cupo de caballa (copiado más tarde por Islandia y Feroe) necesidad de una respuesta comunitaria. Eso sí, la situación del bacalao en Svalbard es “particularmente preocupante”, ya que el país nórdico “está intentando apropiarse” del cupo y “desafiar” a la UE, en lo que consideran una actitud “irresponsable”.

Los armadores no dudan en que Oslo tomará medidas

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Junto a ello, también avisan que los armadores no tienen intención de dejar de pescar si tienen derecho a ello. Las 17.885 toneladas marcadas por Noruega se terminarán antes de julio, según estiman, y desde ese momento los barcos seguirán faenando hasta alcanzar las 24.645. Por ello, Europêche insiste en que Bruselas debe “proteger tanto los derechos de la UE (...) como la credibilidad de un orden internacional multilateral”.

De igual forma, los armadores no dudan en que Oslo tomará medidas en forma de arrestos en base a supuesta pesca ilegal y que intensificará el acoso que sufren los barcos comunitarios, sometidos a continuas inspecciones a bordo en las últimas semanas. “Nuestros pescadores temen por su seguridad y su futuro económico”, aseguran.

En la zona de Svalbard están pescando en la actualidad tres buques con base de operaciones en Vigo.

Inspección noruega a bordo de un buque gallego FdV

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