Un barco gallego de vanguardia mundial

Arriba, el “Balueiro Segundo” con la vela rígida. Abajo, el ensamblaje de la vela. / FdV
El sector del transporte está viviendo una revolución que tiene como principal misión dar un giro a favor de la sostenibilidad. En este camino, la pesca moderniza sus embarcaciones con innovaciones que contemplan un renovado cuidado por el medio ambiente. El buque Balueiro Segundo, de la Organización de Palangreros de A Guarda (Orpagu), se convierte en el primero del mundo en incorporar una tecnología de propulsión asistida por viento.
Tras tres años de desarrollo, en manos de la compañía cántabra Bound4blue, este renovado concepto de vela, ahora rígida, permitirá mejorar la eficiencia energética de la embarcación y recortar su consumo de combustible en torno a un 30% así como las emisiones contaminantes asociadas.
Este sistema está orientado a dar empuje auxiliar a los buques pero, además, genera energía renovable para propulsar el movimiento de la embarcación. Dos factores que contribuirán a suavizar el impacto que el coste del carburante tiene en las cuentas de resultados de los armadores. Esta innovación surcará estos días aguas de Panamá en una travesía de prueba que, aseguran, es pionera a escala mundial.
Esta nueva tecnología consiste en una vela rígida de 12 metros de altura y cuenta con un sistema de control autónomo que propicia que no requiera de tripulación para manejarla. El desarrollo final presenta ciertos cambios en comparación con el primer prototipo que, aunque era más alto y más flexible, se adaptaba menos a las necesidades específicas de un palangrero. La puesta en marcha del proyecto arrancó en el seno de la aceleradora de pesca Kaleido en 2018.

Infografía de ejemplo con un pesquero de 37 metros / Bound4blue
Esta vela rígida ya ha sido instalada en el Balueiro Segundo, en un despliegue operativo que empezó hace casi un mes, pues implicó el traslado por mar de esta vela rígida. La innovación marítima recorrió 4.200 millas náuticas para llegar de Vigo al barco de Orpagu, que estaba operando en aguas del océano Pacífico. Actualmente ya se han realizado todas las pruebas de control y se han superado, también con éxito, las de estabilidad.

Momento del ensamblaje de la vela en el "Balueiro Segundo" / FdV
En este marco, los palangreros guardenses se han marcado como objetivo que la primera travesía se produzca con la máxima brevedad posible, o bien este fin de semana o a principios de la que viene. La meta no es menor, pues esta travesía convertirá a la embarcación en el primer pesquero del mundo en llevar una tecnología de propulsión auxiliar asistida por viento.

Transporte de la vela hasta el palangrero / FdV
Del proyecto participan –en colaboración con Orpagu– la cántabra Bound4blue, la viguesa de ingeniería naval Insenaval y la empresa noruega Kyma, especializada en la monitorización de la eficiencia de buques mercantes que será responsable de monitorizar y validar el ahorro de combustible y emisiones durante los próximos meses de prueba en el Océano Pacífico.
El proyecto contó con cofinanciación de la Unión Europea a través de la iniciativa Aspiring Wingsails, en los trabajos que competían a Bound4blue, mientras que Orpagu recibió ayuda del Fondo Europeo y Marítimo de la Pesca y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
La embarcación de Orpagu tiene instalado el sistema eSail, desarrollado por Bound4blue, que utiliza el viento para impulsar el buque de tal manera que reduce el consumo de combustible y la huella de carbono. Esta tecnología es ligera, compacta e implica bajos costes de mantenimiento. Además, puede instalarse en cualquier embarcación de palangre, sea o no de nueva construcción. Como parte del proyecto, el papel de la empresa noruega Kyam será, precisamente, el de validar el ahorro de carburante.
Desde la Organización de Palangreros Guardenses avanzan que esta nueva singladura está directamente relacionada con esa sostenibilidad y reducción del impacto de la actividad marítima que defiende la entidad. “Este proyecto no deja de seguir los pasos de las gentes de A Guarda y de tantos puertos pesqueros que aprendieron a aprovechar las bondades de una naturaleza generosa para lograr beneficios económicamente vitales. La vela rígida se entronca, en este sentido, con las embarcaciones tradicionales y vive del viento que aquí movió a los molinos de A Guía, de Abaixo o Da Cruzada”, señaló la directora gerente de la organización, Juana Parada.
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