Jornada de luto en la pesca de altura de O Morrazo. El marinero P. J., natural de la zona de Broullón, en Moaña, aunque vecino de Cangas, falleció ayer en la capital uruguaya de Montevideo, tras ingresar por COVID-19 después de que se hubiera producido un brote a bordo del barco pesquero “Playa de Sartaxens”, de la armadora canguesa Moradiña, en el que navegaba como contramaestre desde hacia 25 años. De unos 51 años, estaba casado y era padre de dos hijos varones. Su muerte ha causado una gran consternación y supone el primer fallecimiento vinculado al COVID dentro de la tripulación gallega de altura, del que se tiene constancia. Sí hubo fallecimientos en la flota atunera española en las Seychelles, pero sin confirmación de gallegos.

Fuentes cercanas a la familia del marinero cangués, aseguran que empezó a encontrarse mal hace unos 15 días, después de que el barco hubiera arribado a tierra en Montevideo y partiera de nuevo al caladero. Además del marinero cangués también empezó a tener síntomas un cocinero del barco y vecino de Bueu. Una vez de regreso al puerto de Montevideo, ambos tripulantes fueron ingresados en un hospital. Ese fue el último día que la mujer del fallecido pudo hablar con él. Al día siguiente comunicaron a la familia que iba a ser ingresado en Cuidados Intensivos (UCI) y en al madrugada de ayer, su mujer recibió la confirmación del fatal desenlace. El compañero de Bueu ingresado en el hospital, sin embargo, se encontraba ayer bien.

A falta de una confirmación oficial por parte de la armadora, al menos una docena de marineros del barco habrían dado positivos al COVID y permanecen aislados a bordo en Montevideo. La Cooperativa de Armadores de Vigo ha señalado esta mañana que la información que le ha transmitido la casa armadora, "es que hay normalidad y el barco está trabajando" .

En febrero de este año, otro barco con tripulación gallega, el “Argos Pereira” , que había partido de Vigo hacia las Malvinas, permaneció aislado en la capital uruguaya tras detectarse un brote en su tripulación. Aprovechó una escala en el puerto de Montevideo para repostar combustible y hacerse con provisiones al tiempo que realizaba un cribado a la tripulación, que dio casos positivos. Los marineros con test negativo pudieron desembarcar. Una semana antes, el “Venturer”, de la empresa viguesa Pescapuerta, estuvo retenido en Salvador de Bahía (Brasil) con una treintena de positivos.

Con respecto a la vacunación de la flota gallega, sigue sin fecha de inicio, aunque la Xunta espera comenzar cuanto antes, después de que el Ministerio de Sanidade autorizase el inicio del protocolo necesario para inmunizar a los profesionales del mar. Esta semana, la Xunta señalaba que estaba en contacto con el Instituto Social de la Marina (ISM), dependiente del Ministerio de Seguridad Social, para intercambiar datos y organizar la logística necesaria para comenzar cuanto antes la inoculación de las tripulaciones.

La Xunta defiende que el proceso de vacunación debe de comenzar por la flota de altura y gran altura y continuar por la de bajura, teniendo en cuenta que son barcos que realizan mareas de días y no cuentan con la atención sanitaria inmediata. Además, algunas de sus campañas son estacionales por lo que el posible confinamiento de las tripulaciones pone en riesgo la rentabilidad de las embarcaciones. Las estancias largas en alta mar limitan también la disponibilidad de los marineros para acudir a vacunarse.