–¿Qué valoración hace del reglamento de control?
–Es algo que ya venía bastante torcido y vamos a ser claros, el control no se aplica por igual a todos los países: para nosotros es más estricto y eso tampoco está bien. Somos partidarios de un control, no nos oponemos, pero no de uno que dude de la honestidad del sector.
-Cree que acabará toda la flota con cámaras a bordo?
–No sé si todos, pero desde luego todos los de mediano y gran porte. El mal no está en las cámaras en sí, pero realmente no creo que vaya a ser un control efectivo. Al revés, creo que va a causar unas molestias injustas. Claro, resulta más cómodo poner cámaras que los observadores, lo que va a dar lugar a que las cámaras avancen. Ahora a ver si conseguimos que se haga de una forma razonable y que no sea injusto.
–Galicia perdió un millar de barcos de pesca en 15 años, como publicó este periódico. ¿Cómo se puede revertir?
–Y si nos remontamos a cuanto teníamos más de 20.000 barcos y ahora tenemos menos de la mitad... La reducción de flota está ahí y en España se debería trabajar por mantener lo que tenemos, que ya se ha reducido demasiado. Son demasiados factores, pero creo que el Gobierno tiene mucho en su mano para conseguir que no haya más reducción, porque además no hay necesidad en relación con las posibilidades de pesca que tenemos.
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El acuerdo alcanzado entre Bruselas y Londres incluye una cesión del 25% de las cuotas para la flota británica, incluidas las especies pelágicas, durante cinco años y medio
–Cepesca viene denunciando la falta de tripulaciones. ¿Se va solventando?
–Es un problema con muy difícil solución. Y no es solo cosa de marineros, sino también de mandos. Es muy duro, porque la vida en el mar al que va y le gusta a lo mejor se aficiona, pero llegar a eso es difícil. Tenemos que hacer mucha campaña para que la gente se enganche al sector.
–Tanto la pérdida de flota como la falta de tripulación, ¿se pueden arreglar con los fondos pesqueros comunitarios como busca el Gobierno?
–Habrá que ver los programas de desarrollo del Fempa en detalle, pero la verdad es que ya viene bastante mutilado de origen. No sé si lo conseguiremos, pero intentaremos sacarle el mayor partido. Veremos cómo es su aplicación en España y las comunidades autónomas y si puede servir.
–No como el anterior, ¿no?
–(Ríe) Sí, pero también tienen visos de que no va bien encaminado. Tenemos esperanzas de que se enderece.
–Sí parece que contendrá ayudas para modernizar buques.
–Es algo muy limitado. Queremos ver si permite una aplicación amplia, que lo dudo mucho, hay demasiada suspicacia con el tema del aumento de la capacidad pesquera, lo que es una locura, porque es para conseguir unas habilitaciones adecuadas. Y no hablemos del futuro, cuando se usen nuevos combustibles y haya que hacer unos barcos mucho más grandes porque otras tecnologías van a requerir un espacio mucho mayor.
–Y hablando de renovación de flota, ¿qué posibilidades ve de que salga adelante su proyecto para los fondos Next Generation?
–Pocas, pero seguiremos adelante. Todavía es una nebulosa que no sabemos por dónde va a salir. Veremos lo que da de sí eso y desde luego no será por falta de dinero. Para la renovación de flota siempre es importante que haya una línea y seguiremos luchando por ello.
“Probablemente somos el país que más y mejor cumple en pesca”
–Sustituye en el cargo al tristemente fallecido Amador Suárez. Tarea difícil.
–Fue un gran presidente. A Amador se le eligió en teoría por un año y nadie volvió a hablar nunca ni de elecciones ni de nada. Si no falleciese seguro que seguiría ahí.
–Hay asociaciones que hoy no están en Cepesca. ¿Se plantean atraerlos?
–Nuestra puerta está abierta siempre y la vocación de Cepesca es aglutinar al sector. De momento no hay ninguna propuesta encima de la mesa, pero seguiremos en la misma línea.
–¿Cree que ha variado la imagen del sector que había en Bruselas?
–Debería haber cambiado hace tiempo, porque creo que somos probablemente el país que más y mejor cumple. Más porque se le exige más y mejor porque hemos mejorado muchísimo en cumplimiento. Si nos comparamos con nuestros amigos portugueses o del norte de Europa, no se les exige ni una cuarta parte de lo que a nosotros. España debería sacar pecho.
“El diálogo con Transición Ecológica se ve difícil; va a haber más problemas como el del marrajo”
–En la nota de su nombramiento se lamentaban de la Ley de Pesca Sostenible española, de la que siguen sin saber nada de forma oficial. ¿Se temen lo peor?
–Es que no son formas de hacer una ley. Se debería tener en cuenta a los interesados y nos han negado todos los esfuerzos que hemos hecho para querer intervenir en esta etapa. Ahora hay una negociación bastante tensa entre el Ministerio de Pesca y otros ministerios, digamos, conservacionistas, y si no nos dejan intervenir y tenemos que trabajar sobre un texto construido va a ser muy difícil que nuestras opiniones puedan entrar.
–El borrador al que tuvo acceso el sector, adelantado por FARO en marzo, ¿les preocupa?
–Claro que nos preocupa. Nos preocupa que se llegue a ese nivel de concreción sin habernos consultado y sin que se nos deje entrar en el diálogo. Con ello el debate se irá a otro nivel, al Parlamento y demás, y será más difícil para nosotros trabajar. Nuestra intervención va a poder ser mínima.
–¿Son habituales estas injerencias de Transición Ecológica en materia de pesca? Sucede con el marrajo.
–Es que lo del marrajo es un ejemplo paradigmático. Un Ministerio te está dejando pescar una especie, la traes al puerto, ¿y no la puedes vender? Es una locura y además somos los únicos a los que les pasa, porque en otros países los pescadores no tienen esos problemas. Y va a haber más problemas como ese, porque la injerencia está ahí y el diálogo con Transición Ecológica se ve difícil. Nosotros no vamos a dejar de intentarlo y haremos lo posible por hablar con todos.
–¿Siguen sin solución para el marrajo?
–Si. Es una sensación de indefensión, porque Pesca no tiene soluciones al tratarse de otro Ministerio. La prueba es que el marrajo sigue en el frigorífico.