El movimiento de Euskadi para vacunar a las tripulaciones de su flota de bajura y altura escuece entre el sector pesquero y el Gobierno gallego. La Consellería de Sanidade volvió a plantear ayer en la mesa del Consejo Interterritorial que el Instituto Social de la Marina (ISM) sea el encargado de administración de las dosis a los marineros, a poder ser la ideada por Janssen. Sin embargo, a su juicio antes el Gobierno debe tener un “pronunciamiento claro” sobre los criterios de vacunación. La crítica de la Xunta llega “especialmente tras el caso del País Vasco”, que para la Consellería ha obviado “las directrices generales que Galicia cumple” al proceder a vacunar ya a un millar de personas del sector. La pesca, ahora, espera que haya buenas noticias pronto. Como trasladaron fuentes de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI), el movimiento “es una noticia fantástica”. De hecho, llegaron a solicitar la utilización de las monodosis de Janssen antes incluso de su aprobación, en previsión de la idoneidad que tendrían en el sector, al igual que hace la patronal española Cepesca.
El conselleiro del área, Julio García Comesaña, aprovechó la rueda de prensa de ayer por la mañana para anunciar que por la tarde elevaría las demandas que llevan semanas realizando durante la reunión del Consejo Interterritorial, especialmente en torno a la figura del ISM, que según la Xunta se negó en un principio, aunque como pudo saber este periódico tras el último Consejo General junto a la industria y sindicatos del sector, el instituto parece ahora dispuesto a formar parte de la solución.
La petición del conselleiro llegó además justo en el día en el que País Vasco inició el proceso de vacunación de 200 marineros de altura, que, tal y como publicó FARO, provocará un caos a bordo de los atuneros si nadie lo remedia: coincidirán marineros vascos inmunizados y gallegos sin vacunar.
A juicio de Sanidade, las “especiales particularidades” de la flota pesquera hacen que en caso de brotes a bordo (como sucedió y sucede con los atuneros en Seychelles o como vivió la flota que faena en Malvinas y el palangre) “tengan serias dificultades de aislamiento de los positivos” y la “imposibilidad de guardar las distancias”. Por no hablar, del “difícil acceso a la asistencia sanitaria al echar largas temporadas navegando muy lejos de cualquier país” o de lograr llegar a una zona con un “sistema sanitario homologable” al español.
Por todos estos motivos, la Xunta entiende que el colectivo no puede estar en el procedimiento ordinario de vacunación por tramos de edad, porque cuando les llamen pueden estar en alta mar o porque las edades de una tripulación no son homogéneas y no cuadrarían para recibir las dosis –o la dosis– necesaria. “Las circunstancias de este colectivo no concurren en ningún otro”, señalan desde la Xunta, especialmente si tenemos en cuenta que esta industria fue declarada esencial hace un año, durante la primera fase de la pandemia, y lucharon con sus armas contra la pandemia, en este caso trayendo alimentos a tierra.
La reunión del consejo comenzó ayer finalmente a las 20.00 horas (en lugar de a las 18.30 horas) debido a un retraso provocado después de que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) confirmase un “posible vínculo” de AstraZeneca con los casos inusuales de coagulación sanguínea detectados en algunas personas que recibieron la vacuna. La última novedad sobre la Interterritorial al cierre de esta edición es que Sanidad propone a las comunidades autónomas vacunar con la solución de AstraZeneca solo a los mayores de 60 años, pero, por el momento, ni rastro de cualquier posible decisión relativa a la flota pesquera.
