La Secretaría General de Pesca anunció a principios de mes que España y Portugal estaban trabajando en un nuevo plan de recuperación para la sardina ibérica, especie cuya población se vio en serias dificultades y que obligó a limitar las capturas. Este nuevo diseño, bajo la lupa del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES, en inglés), no cuenta sin embargo con las dos flotas gallegas que se dedican a la captura de la especie y que a lo largo de los últimos años han visto mermadas sus cuentas de resultados: la flota artesanal del xeito y, sobre todo, el cerco, que solo en Galicia tiene 150 embarcaciones con una media de 12 tripulantes. “Nadie habla con nosotros ni nos tiene en cuenta para nada”, lamentan desde la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), que estima que la Administración está actuando “a espaldas del sector”.
Desde Pesca trasladaron hace quince días que ambos países (que comparten la gestión de la especie para su recuperación) decidieron revisar la situación actual de la especie, ya que muestra “signos de recuperación notables”. No en vano, las últimas evaluaciones científicas en el caladero revelaron que la presencia de juveniles –los ejemplares jóvenes que se incorporan a la biomasa– aumentó más de un 1.100% en solo dos años.
Aquella nota enviada a los medios recogía la intención de reformular el Plan de Gestión y Recuperación del stock de Sardina Ibérica iniciado en 2018 y con una vigencia hasta 2023. Una noticia que pilló al sector por sorpresa. “Queremos mostrarle nuestra preocupación ante la campaña de la sardina”, indicó en un escrito enviado a Madrid Acerga, formada por el 76% de los barcos de este segmento en la comunidad. En el mismo, la asociación manifestó su “desconcierto ante la manera de elaborar este nuevo Plan Gestión de la sardina totalmente a espaldas del sector”, además de solicitar información sobre el mismo y “conocer los avances que recoge en comparación con el anterior”. “No obtuvimos respuesta”, lamenta a FARO el portavoz de Acerga, Andrés García.
“Queremos mostrarle nuestra preocupación ante la campaña de la sardina”, apuntaron a Pesca desde Acerga
La última campaña, marcada por los efectos de la pandemia y la suspensión de las fiestas de verano en las que la sardina es un plato estrella, estableció el tope de capturas en 19.106 toneladas a repartir entre las flotas lusas y españolas, una cifra muy por encima de las 10.800 establecidas el año anterior (el más bajo jamás fijado). “Esperamos que con este nuevo plan suba la cantidad de sardina que se puede pescar dado cómo está el caladero; no puede continuar en un escenario de baja productividad”, apunta García.
El xeito, por su parte, está en las mismas. La flota artesanal es gestiona por las cofradías, que acuerdan con la Administración (en este caso gallega) un tope mes a mes para cubrir las necesidades de las 400 embarcaciones con licencia para el uso de este arte de pesca. Según el presidente de la Federación Galega de Confrarías, José Antonio Pérez, tampoco fueron consultados para este nuevo plan de España y Portugal. “A nosotros no nos preguntaron nada”, indicó Pérez.
