Hace casi tres años, Nueva Pescanova decidía apadrinar un proyecto puntero, liderado por un equipo de investigadores del Instituto Oceanográfico de Vigo (IEO), que hasta entonces tenía más de quimera que de realidad: la cría de pulpo en cautividad. El reto, mayúsculo, consistía en dar a los alevines la fuerza y capacidad para desarrollarse, tanto a nivel de alimentación como de habitabilidad en los tanques. Lo lograron. La multinacional que preside José María Benavent asumió la patente de aquel desarrollo, y meses después comunicó que los primeros ejemplares –bautizados como Lourditas y Goliath– habían cumplido ocho meses de vida. Pesaban entre 1,2 y 2 kilogramos; eran los primeros pulpos probeta que alcanzaban un tamaño óptimo para su comercialización. Esta es la especie que centrará la mayor de las atenciones del personal del Nueva Pescanova Biomarine Center, cuyas obras ya han concluido y al que se han trasladado ya los investigadores y expertos en acuicultura. El objetivo, lograr la comercialización masiva de pulpo de piscifactoría para el año 2023.
Contar con capacidad de producción de una especie tan demandada supondrá un cambio radical en la industria, similar a la irrupción del langostino vannamei –permitió democratizar y desestacionalizar su consumo– o los salmónidos. A expensas de que una cría masiva en cautividad pueda impactar sobre el precio del pulpo salvaje, la industria pesquera de capital gallego continúa reforzando su capacidad extractiva en origen para abastecerse de este recurso, muy demandado en mercados como el norteamericano, italiano o japonés. De ahí la apuesta de grupos como Iberconsa, Profand, Pescapuerta o Pereira por establecerse, directa o indirectamente, en caladeros como el de Marruecos o Mauritania.
Otras especies
Además del pulpo, el Biomarine Center se centrará también en el rodaballo, que ya explota con éxito a través de Insuiña, con planta en Xove. De hecho, las instalaciones que ha ocupado ahora este centro pertenecían a la misma filial asentada en Lugo, que no quedó integrada, como las demás, dentro de la compañía Pescanova España. El grupo se desprendió además de la macroplanta de rodaballo en Mira (Portugal), cuya producción ha asumido ahora su mayor competidora en este segmento, Stolt Nielsen. El expresidente de Pescanova SA Manuel Fernández de Sousa la concibió como la mayor granja del mundo para esta especie, con capacidad anual de 7.000 toneladas; apenas superó las 3.000. En el anterior plan estratégico del grupo, Todos a una 2016-2020, se había previsto la inmersión en más productos como el mero, la sepia o el carabinero, pero no figuran de momento en la agenda. La tilapia, que explotaba en Brasil, ha quedado definitivamente fuera de su portfolio.
Además, Nueva Pescanova ha firmado con el gigante Microsoft un acuerdo de colaboración, por el que ambas compañías trabajarán conjuntamente en el impulso de la transformación digital y sostenibilidad del grupo, en el marco de su Plan Estratégico de Acuicultura 4.0. Pretenden avanzar en el desarrollo de soluciones innovadoras para mejorar el cultivo de especies, como el langostino vannamei o el rodaballo, con la incorporación de la inteligencia artificial y el big data, permitirá controlar el 100% de los procesos de forma automática y en tiempo real.
