El tren de tormentas padecido en Galicia en las últimas semanas causó estragos, tanto en los bancos marisqueros como en los parques de cultivo flotantes.
Y “Karim”, el virulento temporal registrado la semana pasada, dio la puntilla a muchos de esos viveros en las diferentes rías.
A estas alturas sus efectos aún se hacen notar, ya que todavía quedan trozos de bateas –sobre todo vigas y otros elementos de su emparrillado– flotando entre aguas, con el peligro que esto entraña para la navegación.
De su retirada, que es lenta y laboriosa, se encargan tanto los propios bateeiros como empresas especializadas en el rescate y reparación de bateas.
Noroeste Sub, con base en O Grove y dirigida por Pablo Méndez, es una de ellas. Por medio de su remolcador, el “Insuiña Rande”, lleva prácticamente una semana recuperando y remolcando tanto bateas enteras a la deriva como sus bidones y grandes trozos de madera que pueden provocar un naufragio en caso de colisión.