A la depreciación de parte de los productos pesqueros a nivel mundial se sumó, en el caso argentino, un nuevo revés que dejó a la economía del país en situación de quiebra técnica ( default), lo que derivó en otro SOS al localmente denostado Fondo Monetario Internacional (FMI). Tanto el Gobierno de Mauricio Macri como el de Alberto Fernández elevaron la presión sobre las empresas pesqueras, que reportan grandes cantidades de divisas, en forma de cepo cambiario o tasas a la exportación. El Ejecutivo peronista se vio obligado a corregir parcialmente su incremento de impuestos; era un golpe en la línea de flotación del sector, que exporta casi todo lo que produce, y se resentía el acopio de dólares. Ahora, como consecuencia de la pandemia Covid-19, la industria en pleno ha reclamado a Buenos Aires una moratoria en el pago de las tasas de exportación, que han horadado los balances de resultados de buena parte del sector. La viguesa Iberconsa fue, en 2019, líder en ventas al exterior de las pesqueras asentadas en Argentina, con más de 175 millones de euros.
La reclamación la han hecho a través de la organización Intercámaras de la Industria pesquera de la Argentina y a través de una misiva al propio Alberto Fernández. "Desde hace más de un año -reza-, los precios internacionales de todos los productos pesqueros han caído en forma importante, a lo que se debe agregar que, con motivo de la pandemia, ahora la demanda, ha sufrido una importante disminución". Además de la suspensión de las tasas a la exportación, durante seis meses, han pedido una moratoria en el pago de las llamadas contribuciones nacionales y del impuesto por beneficios. También han solicitado que las empresas que tengan alguna cuenta pendiente con Hacienda puedan seguir exportando, también durante seis meses, para garantizar su continuidad.
