Los cargamentos de pez espada y tiburón de la flota palangrera gallega entran ya sin problema. Comercio ha solucionado la paralización de los contenedores sufrida por los armadores desde finales del pasado año. El Ministerio ha adaptado la legislación después de que el pasado año los países de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (Cites) decidiese incluir el tiburón marrajo en la lista de especies cuyo comercio necesita un mayor control. "Ahora todo se ha normalizado y la dinámica en ese sentido vuelve a la normalidad", explica Emilio Martínez, director general de Espaderos del Atlántico y presidente de Anecteam, asociación que aglutina a 13 empresas del sector.

La solución de Comercio llega tras la reunión de las asociaciones pesqueras gallegas con esta Secretaría General -así como con la de Pesca- en enero. Pese a que los paros se sucedían desde antes de Navidad, la situación en aquel momento era de urgencia para muchos armadores que llegaron a tener una docena de contenedores paralizados en el puerto luso de Leixões, tal y como publicó FARO. Porque aunque el marrajo no representa la principal especie objetivo del palangre, la mera presencia de un ejemplar paralizaba el resto de la carga de pez espada, tintoreras o atunes.

El motivo no era otro que la falta de un certificado de exportación especial para el marrajo tras su inclusión el pasado agosto (junto a otras especies) en el llamado Apéndice II de la Convención Cites, una medida que fue muy criticada en su momento por el sector y que incluso la propia FAO vio innecesario.

"Desde la actualización de la legislación no nos consta ninguna incidencia más", explica Martínez, que resalta la labor realizada en este sentido por la delegada territorial en Vigo del Servicio Oficial de Inspección, Vigilancia y Regulación de las Exportaciones (Soivre), Patricia Pérez. "Ha entendido las dificultades para la flota y tuvo mucha importancia a la hora de resolver el problema", señala Emilio Martínez.

Precios

La buena noticia para el palangre, sin embargo, no sirve para tranquilizar a la flota o a las empresas transformadoras. Y es que pese a que ya pueden enviar sus cargamentos sin problema, ahora son los precios los que van en su contra. El motivo, explican, el coronavirus.

La crisis del Covid-19 está provocando que una caída del consumo y del turismo en zonas de especial relevancia para las ventas de pez espada o tiburón como son Madrid, el Levante, Andalucía o Italia. La última mala noticia es la cancelación de las Fallas de Valencia, una fecha que "reactiva el mercado de forma importante". "Su ausencia va a afectar", concreta el presidente de Anecteam.

Desde la flota, por su parte, recuerdan que la caída de precios puede ser fatal y que en algunos casos hay armadoras "en el umbral de rentabilidad", como explican fuentes de la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu). "Estamos francamente preocupados con la caída de las cotizaciones del mercado; ha sido paulatina", apunta Martínez.