El pasado diciembre la Comisión Europea anunció una inversión de 68,3 millones de euros para el diseño y construcción de un nuevo buque oceanográfico para el Instituto Español de Oceanografía (IEO). Esa cantidad es la correspondiente a la ayuda a cargo del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (Feder) de un proyecto cuya inversión total ascenderá a 85,4 millones de euros. El resto, debe ponerlo el IEO, que ahora mismo se encuentra atado de pies y manos y sumido en una crisis. "Entonces, ¿ese barco se va a hacer o se va a perder?", se pregunta un investigador del IEO vigués.

Lo cierto es que de la misma manera que corren peligro los fondos europeos Feder para la renovación de equipamiento para los centros, también lo hace la cantidad asignada para un buque cuya licitación se espera para estos primeros meses del año.

Según informó la Comisión en su momento, el nuevo buque tendrá una eslora "de unos 80-90 metros", una capacidad para una tripulación formada por 26 personas y hasta 40 investigadores y técnicos. Con todo ello el barco, que se convertirá en el más grande de toda la flota investigadora española (superando al Hespérides), podrá permanecer hasta 45 días consecutivos en el mar. Tendrá base en Cádiz y estará listo para 2023.

De confirmarse el proyecto, los astilleros gallegos optarán a este importante contrato al contar con especialistas en este tipo de unidades como Armón Vigo o Freire Shipyard.