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La rentabilidad del sector, a prueba

La pesca teme el fin del gasóleo bonificado y anticipa una desaparición masiva de buques

La Organización Mundial del Comercio lo tacha de subsidio "dañino" y Bruselas considera que "desincentiva" el uso de energías limpias - Los armadores pagarían el doble por litro

Buques pesqueros en el puerto de Dakhla, en Marruecos. // A. Amoedo

Este domingo la flota pesquera china habrá rozado las 250.000 toneladas de capturas (declaradas), trece veces más que todos los buques de pabellón español. Con ayuda de su Gobierno y un inmenso cheque, solo hasta hoy, de casi 750 millones de euros para la compra de combustible. "El 95% de los subsidios que conceden a la pesca es perjudicial", remacha en su último estudio Tabitha Grace Mallory, profesora afiliada de la Universidad de Washington y referencia internacional en el estudio de la industria pesquera. A diferencia de las exenciones fiscales que aplican, por ejemplo, los países comunitarios, el gigante asiático utiliza un sistema que incentiva no solo la construcción de grandes buques factoría, sino la expansión de su flota de larga distancia. La Organización Mundial del Comercio (OMC), decidida a terminar con los subsidios a esta actividad, se ha planteado incluir el gasóleo bonificado en la categoría de "dañino" para los océanos. A prohibirlo. Y la Comisión Europea, embarcada en la descarbonización, también. El sector reclama no aplicar el mismo rasero y a distinguir entre ayudas directas y subsidios fiscales, y teme ya una desaparición masiva de empresas.

"El gravamen a los combustibles para la pesca tendría un muy bajo impacto en términos de beneficio ecológico, y uno muy negativo para las economías del sector pesquero con muchas empresas abocadas a la desaparición por no poder afrontar los gastos", anticipa el director general de la patronal pesquera europea (Europêche), Daniel Voces. El precio medio del gasoil para uso pesquero cerró el pasado diciembre a 0,49 euros el litro, de acuerdo a los datos facilitados por la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi); el coste medio no bonificado (gasóleo A) ascendió a 1,226 en el conjunto de España, según los registros del Ministerio para la Transición Ecológica. "Es inviable pedir que los armadores abonen unos costes semejantes", arremeten fuentes empresariales de Vigo. Sobre todo, advierten, para el caso de la actividad artesanal, aquella que opera dentro de las 12 millas náuticas. El riesgo, entienden en el sector, está sobre la mesa. Y asoma por el frente de la OMC y el de la Comisión Europea.

El organismo internacional trató sin éxito de consensuar un acuerdo global contra las subvenciones a la actividad pesquera para antes de 2020. El fracaso fue sonoro, pero se ha emplazado ahora para alcanzar el mismo objetivo para la Duodécima Conferencia Ministerial, que se celebrará en junio en Nursultán (Kazajistán). Busca "un acuerdo sobre disciplinas que eliminen las subvenciones a la pesca INDNR (ilegal, no declarada y no reglamentada) y prohiban ciertas formas de subvenciones a la pesca que contribuyen a la sobrecapacidad y la sobrepesca". La cuestión es, ¿el gasóleo bonificado que existe en la Unión Europea (y Canadá, Australia o Estados Unidos) propicia una sobreexplotación de los recursos? Para Europêche, no. "No contribuye a la sobrepesca o al exceso de capacidad donde la capacidad de la flota y esfuerzo pesquero se gestionan adecuadamente".

El caso chino es muy distinto. Lo ilustró el investigador Zhang Hongzhou en la conferencia China as a maritime power (China como potencia marítima) organizada por la americana CNA en 2015. "El importe del subsidio se basa en los caballos del barco, independientemente de la cantidad real de combustible consumido y dónde va a faenar. Cuanta más capacidad tenga, mayor será la ayuda", expuso. Por eso los registros de censo pesquero de China pueden inducir a engaño. Aunque el número de efectivos se redujo un 10,5% entre 2004 y 2013 -según los datos que difunde Pekín en su China Fisheries Yearbook-, la capacidad media y la potencia instalada medraron el 34 y el 23%, respectivamente. "Para recibir mayores subsidios al combustible -agregó Hongzhou-, los armadores comenzaron a invertir masivamente en la construcción de buques nuevos y más grandes. Los esfuerzos de China para frenar la sobrepesca y proteger la ecología marina se concentran en sus aguas costeras, mientras en realidad fomenta la actividad en alta mar y de las flotas de larga distancia". Con 5.002 millones de euros anuales -según las estimaciones de Mallory-, Pekín riega a su industria con casi unos 14 millones de euros diarios.

El frente comunitario

La europea es otra propuesta, pero va en el mismo sentido. Como ilustra Daniel Voces, la Comisión adoptó en septiembre un documento de trabajo en el que asegura que las exenciones fiscales contravienen tanto los objetivos de descarbonización como la hoja de ruta climática de la UE. "Las exenciones o reducciones de impuestos, especialmente en la aviación, transporte marítimo y por carretera y sectores agrícolas / pesqueros [...] debilitan los incentivos para invertir en una energía más limpia y eficiente en los procesos de producción", reza el documento. Para el director general de Europêche, "antes de poner el carro delante de los bueyes y establecer nuevos objetivos ambientales, debemos preguntarnos cuál es la huella ambiental de la industria pesquera". La patronal incide en el gran esfuerzo acometido por el sector, tanto en inversión de nuevos sistemas de propulsión como por la propia reducción de capacidad.

Basta con ver la evolución de los suministros exentos a embarcaciones, divulgado por la Agencia Tributaria: en 2009 superaron los 432 millones de litros, frente a los 276 de 2015 (último informe desagregado del Fisco). "Está claro que en Europa los esquemas de desgravación de combustible no han llevado a la sobrepesca ni a la sobrecapacidad". Y zanja que la UE, "antes de siquiera pensar en gravar el combustible para el uso de la pesca comercial, debe asegurarse de que la tecnología, como los motores eléctricos, esté disponible para la industria y proporcionar tiempo y fondos adecuados para estas inversiones". El impacto de una eventual desaparición del gasóleo bonificado como el que existe a día de hoy irá por barrios. "Los grandes barcos pueden realizar largos viajes de pesca con un solo depósito de combustible", incluso recurriendo al criticado sistema de ship to ship bunkering (repostaje en alta mar), con el consiguiente riesgo de contaminación.

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