El desguace. Ese es el destino que le aguarda al Blue Star, el quimiquero que encalló en la costa de AresBlue Star el pasado 23 de noviembre y que tras 18 días de intentos lograron reflotarlo al puerto de Ferrol. Pero finalmente, ni Navantia ni el astillero turco que pujaban por la puesta a punto del barco se harán con el proyecto ya que su armador, un magnate turco, ha optado por convertirlo en chatarra debido al alto coste de la reparación.

En los próximos días, el buque, de bandera maltesa, abandonará el dique de los astilleros ferrolanos en el que permanecía desde mediados de diciembre a la espera de obras de mejora que le permitiesen emprender una nueva travesía. Su nueva singladura no será para transportar mercancía alguno, sino que pondrá rumbo a su país de origen para ser desguazado.

El quimiquero Blue Star vuelve a navegar

El quimiquero Blue Star vuelve a navegar

Sobre la mesa, el armador tenía dos ofertas para realizar las obras: Navantia Ferrol y un astillero turco. El proyecto de reparación presentado por la empresa pública española alcanzaba los 5 millones de euros y el de Turquía, 4 millones. Ninguna de las opciones convenció finalmente al propietario, que antes de afrontar un desembolso tan elevado ha optado por su desguace. Esta era precisamente la opción que ya sonaba con fuerza a los pocos días de que el quimiquero encallase de madrugada en Ares en medio de un fuerte temporal hace ya casi tres meses.

Una vez descarta la reparación, el buque abandonará las instalaciones del astillero ferrolano para no tener que pagar por la permanencia del buque en el dique. Mientras se gestiona su remolque hasta Turquía, donde será reducido a chatarra, el Blue Star atracará de manera temporal en uno de los muelles de Ferrol.

Una vez reflotado el quimiquero, la decisión sobre el futuro del Blue Star no estaba nada clara ya que aseguradora y armadora sopesaron durante semanas qué era lo más conveniente: arreglarlo o llevarlo al desguace. Aunque ya habían acordado proceder a su reparación, las ofertas que le llegaron superaron con creces sus previsiones de inversión.

La primera inspección realizada al barco tras ser remolcado arrojó sus primeros datos. Pese a los desperfectos detectados, la situación general del buque era mejor de lo que se temía inicialmente. En ese primer control, incluidas inspecciones submarinas, se detectaron daños estructurales -más por babor que por estribor-, pero no graves: varias grietas en su casco, alguna alcanzó los seis metros, aunque no llegaron a afectar a su flotabilidad. También sufrió daños en la hélice y la sala de máquinas donde se produjo el fuego que provocó que encallase.

La comisión de investigación de accidentes marítimos tardará como mínimo un año en determinar las causas del accidente marítimo del Blue Star, según detalló la Delegación del Gobierno en Galicia el pasado mes de diciembre, al tiempo que defendió la actuación del capitán del buque: "Hizo lo que tenía que hacer".