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La autonomía no entra en las compensaciones anunciadas

El parque eólico luso que amenaza a 30 pesqueros gallegos inicia su actividad

La primera plataforma suministra energía desde el 31 de diciembre -La segunda estructura flotante parte del puerto exterior de Ferrol hacia Viana do Castelo

El parque eólico del consorcioWidfloat Atlantic. // EDP

El primer parque eólico marino construido en la costa ibérica acaba de entrar en funcionamiento. El proyecto impulsado por el consorcio WidFloat Atlantic (del que forman parte Repsol, EDP Renováveis, Engie y Principle Power) ya comenzó a suministrar energía limpia en Portugal después de haberse conectado la primera de sus plataformas eólicas situadas frente a la localidad de Viana do Castelo (Portugal), según informó la sociedad. La contrucción de este parque tiene sus ventajas, como la generación de energía que podría abastecer al equivalente de 60.000 usuarios al año, pero también sus inconvenientes, ya que el proyecto dañará la pesca en la zona. El Gobierno luso reconoció en verano que las instalaciones afectarán a la flota pesquera, concretamente a una treintena de embarcaciones gallegas o de capital gallego que faenan en la zona y en su área.

La primera de las tres plataformas ya produce energía desde el 31 de diciembre, por lo que podrá proveer de la energía producida por su aerogenerador de 8,4 megavatios (MW), el más grande instalado en una plataforma flotante en el mundo. Las otras dos unidades del proyecto se conectarán sucesivamente, hasta alcanzar los 25 megavatios de capacidad total del parque, que podrán generar energía suficiente como para abastecer al equivalente a 60.000 usuarios al año.

Esta primera infraestructura, ensamblada en Ferrol (igual que la segunda plataforma que partió del puerto exterior ferrolano el pasado 30 de diciembre), está anclada al lecho marino por cadenas de más de 100 metros de profundidad y unida a la costa a través de un cable submarino de 17 kilómetros de largo y que también influye en la actividad pesquera.

Los impulsores del proyecto habían anunciado que pagará más de un millón de euros a la flota de Viana como compensación al daño que hará la plataforma eólica marina a la pesca, cantidad a la que podría sumarse medio millón de euros al no poder faenar a lo largo de los casi 20 kilómetros de cable submarino. A esta indemnización también se incluirían a los armadores de localidades cercanas a Viana, como Castelo do Neiva, Vila Praia de Âncora y Caminha. Sin embargo, la flota de Galicia no entra en estas ayudas porque los barcos de la comunidad están obligados a faenar fuera de las 12 millas, según explicó el sector. Los pesqueros que sí se verían afectados son los de pabellón portugués pero de capital español, lo que incluye a más de una docena de arrastreros.

El impulso de actividades offshore como estas plataformas eólicas, la minería submarina o las prospecciones petrolíferas chocan con la actividad pesquera. En caladeros como el de Gran Sol, Namibia o Mozambique conviven estas alternativas, a la que se suma también la instalación de un cable de electricidad. Irlanda anunció el mes pasado que instalará este elemento, que unirá el sur del país con Francia y que atravesará el caladero gallego en el mar Céltico, por lo que la flota que faena en la zona también se verá afectada.

El Comité Asesor Científico Técnico de la Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) alertó en un estudio realizado en 2017 de la necesidad de elaborar planes de ordenación y "reglamentos integradores" de gestión de los mares y océanos que sean "claros y concisos".

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