Abril de 2017 fue un día difícil de olvidar para el sector pesquero de las Rías Baixas. El día 26 el cerquero Nuevo Marcos se hundía frente a Combarro tras chocar con una batea, un accidente en el que murieron tres de sus cinco tripulantes. El siniestro sacudió a toda Galicia, pero a Baiona especialmente. En la localidad los vecinos todavía se estaban recuperando de otro suceso marítimo, el que tan solo nueve días antes se había cobrado la vida de Juan José Durán Domínguez, de 54 años que falleció tras caer al mar. Casi dos años y medio después el Ministerio de Fomento acaba de publicar el informe oficial que explica lo ocurrido. El informe confirma que el marinero falleció al verse arrastrado por el aparejo del barco -como se señaló en su momento- y explica que el operativo de rescate se pudo retrasar tras un error al activar "de forma correcta" la señal de socorro.
La Comisión Permanente de Investigación de Accidentes e Incidentes Marítimos (Ciaim) indica en su informe que tras la caída del hombre al agua el patrón, su primo Gonzalo Durán, se tiró al agua para intentar rescatarlo. El entonces herido todavía estaba consciente, pero tanto el patrón como el segundo patrón, desde el barco, no fueron capaces de subirlo a bordo. Entre medias se intentó activar sin éxito la llamada de socorro, hasta que cambiaron la frecuencia para llamar a los barcos de la zona y acudió el Faneko, cuyos tripulantes ayudaron a subir al marinero a bordo y lo llevaron a tierra. Falleció en el trayecto, según la Ciaim.
Según la comisión -dependiente de Fomento- el "atrapamiento" de la pierna del marinero se produjo "por no guardar una distancia segura" respecto al arte y "acercarse a la zona donde se encontraba", una práctica que, reconocen, es "más habitual que lo deseable" en los barcos que usan redes de enmalle.
La Ciaim indica también que la ausencia de chaleco "favoreció el ahogamiento" -recomiendan llevarlo siempre, así como una navaja por si hay que cortar cabos- y que el tener los laterales del pesquero elevados "dificultó la labor de rescate" a la hora de subir al hombre a bordo. Junto a ello, indica que "no se realizó de forma correcta la llamada selectiva digital de emergencia".
Tras el trágico accidente el armador y la Asociación Mar Seguro de Galicia tomaron medidas para mejorar la operativa del barco, como la instalación de una cámara para observar en todo momento lo que pasa en popa, el uso de intercomunicadores entre la tripulación, la delimitación de zonas peligrosas para evitar que los marineros se acerquen al arte y otras medidas, lo que hace que la Ciaim no eleve ninguna recomendación sobre seguridad tras el accidente.
