Salir a faenar, llegar a puerto, descargar. Y que se pudran toneladas de pescado en camiones, atascados en medio del desierto, por un conflicto tan viejo como desatendido como el del Sáhara Occidental. "Y después tener que pagar 11.500 euros por destruir las capturas, sin haber visto un euro" pero tras haber gastado en tripulación, combustible, pertrechos o el propio transporte. Parece una letanía de una imaginación portentosa, pero es lo que han sufrido desde el pasado mes de enero los armadores gallegos que operan en Mauritania. "Es un problema que no hemos causado nosotros, que nos ha venido sobrevenido" y contra el que no han podido hacer nada, lamenta la armadora marinense María José de Pazo. Las empresas afectadas por este caos se reunieron ayer en Ribeira, y resolvieron elevar al Gobierno central una petición de ayuda que compense sus pérdidas. "Nos dijeron que era posible" y pretenden ahora que la administración "cumpla su palabra".

Los armadores, sobre todo de Marín y Ribeira, consideran que "es posible" la articulación de esta ayuda a través de los fondos comunitarios, como los que se reparten en casos de desastres naturales o los que se pedirán, en caso necesario, si se consuma la amenaza de un Brexit sin acuerdo. Son en torno a una veintena los buques que operan en el caladero africano en virtud del acuerdo bilateral suscrito entre Bruselas y Nouakchott y que acaba de ser prorrogado de forma provisional para evitar la salida abrupta del caladero en noviembre (cuando expira el actual protocolo). "Hemos remitido los informes a la Secretaría General de Pesca con todos los datos", agrega De Pazo. Las caravanas de camiones frigoríficos cargados de pescado, pertrechos y aparejos, atascados en tierra de nadie, fueron una tónica desde comienzos de año. "Todos saben lo que hemos pasado".

Aunque las casas armadoras no quieren lanzar las campanas al vuelo, constatan que la situación ha mejorado bastante en los últimos días después de que Mauritania accediera a que las descargas que se puedan realizar en otro país si hay bloqueo en la frontera con Marruecos. De hecho, dos de los tres buques que permanecían amarrados, ambos de Ribeira, ya han vuelto a operar en el caladero. "Aunque todos estamos teniendo pérdidas". Eso sí, "un armador ha perdido tanto dinero que ha decidido poner su barco a la venta". Los pesqueros afectados, tanto de arrastre de fresco como palangreros, faenan merluza y palometa negra en el país magrebí. Esta última especie se subasta íntegramente en la lonja de Vigo.

Acuerdo

Fue este martes cuando se acordó la prórroga del actual protocolo hasta noviembre de 2020 para evitar la interrupción de la actividad en el caladero. La prioridad para España en esta ronda fue evitar la interrupción del actual protocolo, que expira el próximo 15 de noviembre. Las negociaciones se mantuvieron a nivel de funcionarios de la Comisión Europa y de la administración mauritana. La delegación comunitaria estuvo asistida por funcionarios de la Secretaría General de Pesca de España, así como otros expertos de Francia, Holanda, Letonia, Lituania, Polonia y Alemania. El contenido del acuerdo y el protocolo se negociará en una segunda ronda prevista para el este mes de septiembre en Mauritania