El episodio tóxico iniciado a principios de julio a causa de un inesperado afloramiento estival afecta a apenas el 20 por ciento de los parques de cultivo flotantes. Son alrededor de seiscientas las bateas en las que está prohibido extraer producto. Se reparten en cuatro de los doce polígonos mejilloneros de la ría de Vigo -483 bateas en total-, los ocho polígonos de Pontevedra -donde hay fondeados 343 viveros flotantes-, los cuatro de Muros-Noia (122 bateas), el de Baiona (15) y los dos de Ares-Betanzos (105).

Esto quiere decir que hay todavía una treintena de polígonos disponibles, entre ellos ocho de la ría viguesa y todos los de Arousa, la más productiva y en la que se agrupan el mayor número de parques, nada menos 2.318 de los 3.386 existentes en toda la comunidad autónoma, según los datos que maneja el Consello Regulador de la Denominación de Origen Protegida (DOP) Mexillón de Galicia.

El sector está ahora a la espera de que el nivel de fitoplancton portador de biotoxinas se reduzca, para que así las células tóxicas se sitúen por debajo del límite legal y poder reiniciar la extracción también en los polígonos afectados.

Aumento de pedidos

Hasta la fecha no había motivo de preocupación entre los acuicultores, ya que el mejillón se encontraba muy "bajo de forma" y los pedidos eran mínimos. Pero ahora que el molusco empieza a engordar y comienzan campañas como las de Italia y la industria, todos desean que la popularmente conocida como "marea roja" tienda a remitir para que el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) autorice la reapertura de los viveros cerrados.