El furtivismo de bañador se une en verano al profesional. Algunos de los bañistas que aprovechan esta época del año para visitar las playas gallegas las abandonan con los bolsillos llenos de berberechos, almejas o algún otro bivalvo que encuentran hurgando en la arena. Ven esta actividad como algo que no llegará a afectar a nadie, pero no cuentan con que es un hecho que se repite numerosas veces a lo largo del periodo estival y que deja a las mariscadoras sin recurso para trabajar. Para concienciar a la gente del daño que produce esta extracción del producto, la Consellería do Mar visita 45 arenales gallegos con la campaña Non sexas pirata! Á praia vense a gozar, non saquear para explicar a los bañistas las repercusiones que tiene esta actividad que muchos normalizan.

"El objetivo es concienciar a los turistas para que conozcan el trabajo de los mariscadores, sean responsables y no extraigan marisco", puntualizó ayer la conselleira do Mar, Rosa Quintana, en la visita que hizo al puesto de la campaña en la playa Grande de Miño. Quintana recordó también que este es un problema socioeconómico, medioambiental y de salud, ya que consumir el marisco que se extrae y comercializa de forma ilegal "supone un riesgo" porque es un producto que no pasa los controles necesarios para poder venderse y consumirse.

Además de esta campaña de concienciación de cara a los bañistas, el Servizo de Gardacostas de Galicia también incrementó su presencia en las playas de la comunidad. Durante el mes de julio los agentes de Gardacostas realizaron cerca de 150 inspecciones de lucha contra el furtivismo en los arenales gallegos en las que se detectaron 67 infracciones. Estos datos suponen un incremento, en los dos casos, de alrededor del 75% respecto a los desarrollados en julio del pasado año, según apunta la Consellería do Mar.

"Este trabajo de los guardacostas está complementado con el de las propias mariscadoras, que también hacen labores de vigilancia y de concienciación por las diferentes playas", señala Quintana. Además, recuerda el valor del trabajo diario que hacen las profesionales: "Las mariscadoras no se dedican exclusivamente a sacar de la playa los recursos que da la naturaleza, sino que contribuyen con su trabajo a través de limpiezas, siembras y traslados", concreta la responsable de la Consellería do Mar.

Vigilancia

Y no solo eso. Y es que en muchas ocasiones las mariscadoras también van a la playa con su silla y sombrilla, pero no a disfrutar, sino a vigilar. Desde ahí comprueban que ninguno de los bañistas se lleva alguna cantidad de almeja en sus bolsillos, por pequeña que sea.

Las mariscadoras representan un apoyo clave a la labora de los vigilantes que tienen las propias cofradías para estos menesteres, ya que su trabajo se multiplica durante la época estival se ven obligados a vigilar día y noche: por el día a los "furtivos de bañador" y por la noche "a los de toda la vida", que de vez en cuando también aprovechan la abundante presencia de bañistas para pasar desapercibidos y llevar a cabo la sustracción de los recursos.